Más de una vez nos han dicho que la motivación nos llevará lejos y que nunca debemos perderla, pero, ¿te has detenido a pensar en lo que realmente es la motivación, lo que es sentirte o estar motivado? Hoy indagaremos qué es y cómo puedes ayudar a tu familia pues, constantemente nos dicen que la motivación es clave para el éxito, ¿pero realmente comprendemos su importancia y cómo nutrirla? Descubre el poder de la motivación, cómo impulsar a tu familia y tu propio espíritu.
¿Qué es la motivación?
Al oír el despertador en la mañana, ¿te dan ganas de presionar el botón “posponer” y dormirte 5 minutos más? ¿O tal vez llegas a la oficina y en lugar de contestar esos correos electrónicos que tienes pendientes del día anterior decides tomar un café y revisar tus redes sociales? Sí, hay días en que nos sentimos apáticos en el trabajo o para ejecutar alguna otra tarea personal o familiar y, por más que lo intentemos, no sabemos cómo recuperar esa chispa para mantenernos enfocados y felices.
Una de las cosas más interesantes sobre la palabra motivación es que si la divides en dos, puedes encontrar dos palabras por separado: motivo y acción. ¡Esta es la clave! La motivación no es nada más sentirnos felices en lo que hagamos sino que tengamos un motivo (objetivo-meta) y tomar acción diaria para cumplirlo.
La palabra motivación tiene raíces en el latín motus, cuyo significado es “causa de movimiento”. En este sentido, Stephen P. Robbins, autor y profesor de la Universidad de San Diego, señala que la motivación puede definirse como “aquello que organiza tu comportamiento y te orienta a tomar las decisiones que son cruciales para tu vida, para satisfacer una necesidad o un objetivo”.
Para descubrir el poder de la motivación debemos comprender que la falta de motivación se manifiesta de muchas maneras y en muchos ámbitos, desde el escolar y familiar, hasta en los negocios, objetivos personales y relaciones de pareja.
¿Cuáles son las señales que nos indican desmotivación?
- Pensamientos negativos: creemos que no estamos haciendo bien las cosas.
- Temor por los resultados: no queremos sentirnos defraudados ni defraudar a otros.
- Pesimismo: sentimos que al final todo saldrá mal.
- Tristeza o desgano: no sentimos emoción por dar pequeños pasos que antes nos parecían un triunfo.
- Insomnio: perdemos calidad de sueño y, a veces, podemos tener sudores nocturnos.
- Estrés, dolores de cabeza y mareos.
Debemos poner atención a los síntomas de la desmotivación, es un buen momento para replantear nuestras metas y lograr lo que verdaderamente deseamos. Ojo, el “éxito personal” es diferente para cada individuo. Nunca compares tu progreso con el de otros, o el de tus peques con el de sus amigos, celebra cada pequeña victoria y mantente enfocado, sólo así cuidarás tu motivación y alcanzarás eso que tanto anhelas.
“Las personas se encuentran motivadas por cinco tipos de necesidades: fisiológicas (alimento, agua y abrigo), de seguridad (protección, orden y estabilidad), sociales (afecto, amistad y sentido de pertenencia), autoestima (prestigio, status y autoestima) y autorrealización (autosatisfacción). Estas necesidades humanas están ordenadas según una jerarquía, donde unas son prioritarias y sólo cuando estas están cubiertas, se puede ascender a necesidades de orden superior. Las necesidades se satisfacen en el siguiente orden, primero, las necesidades básicas (fisiológicas y de seguridad) y luego las necesidades secundarias (social, autoestima y autorrealización)”.
Beneficios de estar motivados
La importancia de descubrir la motivación en nuestras vidas va más allá de lograr nuestros objetivos, también nos hace ser personas más conscientes, perseverantes y seguras. Algunos de estos beneficios son:
- Aclara nuestros objetivos: sabemos en qué estamos trabajando y podemos identificar cuáles son los puntos que debemos descartar, mejorar o reforzar.
- Nos ayuda a establecer prioridades en nuestras vidas: nos comprometamos con nosotros mismos para cumplir lo que nos hemos propuesto.
- Evita que nos rindamos: nos impulsa a continuar e intentar todo lo que sea necesario, aprendiendo a ser perseverantes.
- Descubrir la motivación nos enseña a combatir nuestros miedos: nuestras ganas de cumplir nuestros objetivos son tan grandes, que vemos más allá de nuestros miedos y visualizamos los resultados que podemos obtener si no nos rendimos.
- Nos eleva la autoestima: nos hace sentir que no hay nada que pueda impedir que logremos cada uno de nuestros objetivos y nos invita a proponernos otros nuevos y más desafiantes.
Motivar a nuestros hijos
Dado que ya descubrimos que la motivación es una de las armas más importantes para alcanzar el éxito personal, es indispensable motivar a nuestros hijos desde una edad temprana. Como padres, debemos crear un ambiente para enseñarles que el esfuerzo y la dedicación son muy importantes, ya que un niño motivado se esforzará más, tendrá una actitud positiva para aprender y se enfrentará y abordará cualquier problema de diferente manera. A continuación, te compartimos algunas maneras de motivar a tus peques:
1. Tener expectativas adecuadas. Tus niños están muy conscientes de cómo los percibes y ajustan sus expectativas según lo que piensas de ellos. Por ello, es importante fijar las expectativas adecuadas y acordes a cada niño. Para ello, sigue estos dos pasos:
- Habla con tu hijo abiertamente sobre lo que más le gusta y en qué sobresale. Ofrece tu opinión así será posible que fijen expectativas más altas.
- Reevalúa cuando sea necesario: a medida que tu hijo crece, sus intereses y aptitudes cambian, por ello, es importante volver a ajustar las expectativas cada cierto tiempo.
2. Ayuda a tu hijo a fijarse metas. Es importante enseñar a tu hijo a establecer metas propias que le ayudarán a estar más motivado y conseguir sus objetivos.
- Anoten las metas: alcanzar las metas será más fácil si se escriben y están en un lugar visible.
- Las metas deben ser específicas: por ejemplo, “repasar matemáticas 20 minutos todos los días”.
- Las metas deberán poder medirse: necesitan valorar si se están progresando en su cumplimiento.
3. Mantener una actitud positiva. Tu hijo percibe las metas de la misma manera que tú lo haces.
4. Utilizar un lenguaje que le anime: alentar a los niños motiva mucho más que elogiarlos. Alentar implica que el niño se evalúe a sí mismo de manera positiva y reconozca su esfuerzo; el aliento se puede ofrecer independiente del desempeño y resultados, se trata más de animar a que la próxima vez se haga mejor.
5. Fomentar la fortaleza interna en tu hijo: la fortaleza hace que los peques estén preparados ante las adversidades, que se enfrenten a ellas y tengan capacidad de resolver problemas, aprovechar sus puntos fuertes y darse cuenta de que todos cometemos errores y de que son oportunidades para aprender.
El doctor Sam Goldstein, especialista en neuropsicología, quien ha escrito muchos libros sobre infancia y psicología y es el editor en jefe del Journal of Attention Disorders (Revista médica de trastornos de la atención), asegura que, “diariamente nos enfrentamos a retos y nuestra actitud puede hacer una gran diferencia. Puedes fomentar la fortaleza y el amor propio al destacar los puntos positivos de tus hijos y decirles que valoras cierta cualidad personal o un rasgo de carácter”. Por otro lado, cuando alguien de la familia esté involucrado en una situación difícil recuérdale que todos cometemos errores en la vida y que estos nos brindan la oportunidad de aprender; es parte de descubrir la motivación.
La motivación es clave para alcanzar nuestros objetivos y satisfacer nuestras necesidades. Reconocer los signos de falta de motivación nos permite tomar medidas para replantear nuestras metas y mantenernos enfocados. Estar motivados nos brinda una serie de beneficios como la claridad de objetivos, la perseverancia, la elevación de la autoestima, la confianza en sí mismos y la capacidad de superar desafíos.
Como padres es fundamental motivar a los peques desde una edad temprana, proporcionándoles un ambiente de apoyo y fomentando su autonomía y curiosidad. Al hacerlo, les ayudamos a desarrollar habilidades importantes que los acompañarán en su camino hacia el éxito personal.
Recuerda que cada niño es único, por lo que es importante adaptar las estrategias de motivación según sus necesidades individuales. Al hacerlo estarás ayudándole a tu hijo a alcanzar su máximo potencial y a convertirse en un adulto motivado y exitoso.
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