Hombres y mujeres somos diferentes, pero algo que en lo que ambos coincidimos es que tener hijos es un gran reto. Se escucha a cliché pero es cierto, no nacemos sabiendo ser padres. En el camino vamos descubriendo un sinfín de cosas que, de haberlas sabido antes, quizá habríamos actuado de manera diferente. ¿Qué te hubiera gustado saber antes de ser papá?
Un pleito frecuente en la pareja son los desvelos a la hora de cuidar a un recién nacido. Si bien la mujer es quién amamanta al bebé, el papá también puede alimentarlo con leche materna en biberón. De esta manera mamá y papá se turnan con los desvelos.
Es cierto que los pañales salen caros, pero cada bebé tiene su ritmo y dejará el pañal cuando se sienta preparado. No solo cuando tenga bien desarrollado a nivel físico su control de esfínteres sino también en el instante en que sienta que emocionalmente puede hacerlo.
Hay etapas en que los niños se vuelven más berrinchudos, una de ella son los famosos “terribles dos”. Esta etapa es muy parecida a la adolescencia porque los niños se vuelven rebeldes, están descubriendo que pueden ser autosuficientes y se sienten el centro del mundo. Tranquilo, no estás haciendo las cosas mal, son simplemente etapas pasajeras. Todos los niños hacen berrinche, trata de comprenderlo y no cedas ante las exigencias. Recuerda que tú eres el adulto.
Los primeros años de vida tienen una gran repercusión en el futuro de los niños: en su desarrollo cerebral, en su salud, su felicidad, su capacidad de aprender en la escuela, su bienestar e incluso la cantidad de dinero que ganará cuando sea adulto.
De acuerdo con Unicef, una alimentación, estímulos y atención adecuadas sin esenciales. En otras palabras, comer jugar y amar.
Muchos papás queremos alejarnos del modelo autoritario de antaño, pero ser demasiado permisivos con los hijos a la larga es contraproducente en su futuro inmediato y también en su vida adulta.
Por mucho tiempo nos han enseñado a reprimir, a no mostrar cuando nos sentimos enojados, tristes, aburridos, etc. Nuestro problema como padres es que queremos que los niños estén siempre contentos y eso es irreal. ¡Las emociones son normales! Permite que tu hijo exprese sus estados ánimo y enséñale a identificar las causas.
¿Quieres saber más cosas que a otros papás les hubiera gustado saber? Valeria Vazquez, de La-Lista entrevistó a 11 papás. ¿Qué más agregarías?
Ser papá es uno de los retos más grandes que pueden enfrentar quienes deciden tener hijos. Educar, dar libertad, cuidados, confianza y cariño a un hijo es un proceso del que nadie aprende al 100% hasta que lo vive.
Julieta tiene nueve años, está en cuarto año de primaria y es una niña introvertida pero muy inteligente. Hasta la fecha, disfruto tener pequeños detalles con ella, como cortarle las uñas (algo que hago desde que ella era una bebé) o elegir la ropa que se pondrá todos los días. Es mi forma de mostrarle cariño. Pero viéndolo en retrospectiva, antes de ser padre me hubiera gustado haber leído o tomado cursos para saber involucrarme correctamente en sus cuidados y poder apoyar más a mi esposa en el camino de ser padres. A veces exagero en los regaños hacia Julieta, pero poco a poco he sabido llevar esta parte y siento el gran cariño que ella me tiene.
Mi hija tiene un año y cuatro meses, aún es una bebé. Antes de que naciera, me hubiera gustado entender mucho más a fondo la responsabilidad de tenerla, de saber cómo accionar ante una enfermedad, porque es muy doloroso verlos cuando están mal. Pero, sobre todo, es una bendición muy grande tenerlos.
Tengo unos mellizos. Ser papá primerizo es un reto, yo no sabía nada acerca de ser padre y tener dos es un doble reto y una lucha diaria porque siempre hay algo que cambia los planes que tienes en el día, pero ser papá es una gran alegría, porque todo rinde frutos cuando escuchas las primeras palabras de tus hijos o los ves dar sus primeros pasos. Aunque sus pequeños logros se convierten en tuyos, antes de ser padre hubiera querido tener más educación financiera para evitar gastos innecesarios.
Yo tuve mis hijos a los 30 años. Santiago tiene 11 años y María Paula tiene 8. Ser su papá es lo mejor que me ha pasado en la vida y es una bendición el que Dios me haya permitido ser padre. Sinceramente, antes de ser papá no me hubiera querido saber nada, porque padre va aprendiendo a serlo sobre la marcha.
Ser padre es estar, escuchar y disfrutar. Tenía 33 años la primera vez que me hice padre y 37 la segunda vez. Soy papá de dos niñas, lo que es un orgullo pero también representa mucha responsabilidad de poderles dar las herramientas para crecer siendo buenas personas. Tus hijos son un pedazo tuyo que compartes con el planeta y algo que creas junto con otra persona para que sea lo mejor de ti, aunque son individuos independientes. Antes de ser papá, me hubiera gustado que alguien me dijera que iban a haber momentos en donde no somos la persona que quisiéramos ser exactamente para nuestros hijos y todo el tiempo hay pruebas, pero el reto es seguir amando cada minuto de eso, siempre sabiendo somos compañeros de nuestros hijos.
Mi hijo Daniel Alejandro nació hace casi cuatro años, cuando algunas personas ya consideraban que yo “iba tarde” y que tendría que haber sido padre mucho antes. Pese a esa forma de pensar de algunos, ser papá me llegó en el momento exacto, porque ahora mi estabilidad económica y de madurez es mucho mejor que antes. Si hay algo que hubiera querido saber antes de su nacimiento, es el nivel de cuidados que los hijos necesitan, y entender que son personas hambrientas de conocimiento y que a veces tú no tienes las herramientas para poder contestar a todos sus cuestionamientos. Además, hubiera querido que me dijeran cómo manejar mi vida de pareja y laboral con un hijo tan pequeño, ya que es algo que nadie te enseña.
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Mis hijos tienen 28 y 32 años. Antes de ser padre, en realidad no me hubiera gustado saber mucho, porque la magia de ir descubriendo esa comunicación con nuestros hijos es lo mejor que nos puede pasar.
Tengo tres hijos; una hija de 36 años, un hijo de 33 y una de 22. Tenía 23 años cuando nació mi primera hija y a esa edad uno no sabe el nivel de responsabilidad que tener hijos implica, desde las enfermedades, las escuelas, el educarlos para que sean gente de bien y que lo que les heredes sean buenos valores. Nada de eso se sabe antes de ser padre, uno se avienta a ser papá sin tener en cuenta muchas cosas y antes de tener hijos me hubiera gustado entender el nivel de responsabilidad que un hijo representa.
Yo fui padre a los 32 años de mi única hija, Mayela, quien ya tiene 24 años. Ser padre representa una serie de satisfacciones que empezaron cuando la vi por primera vez y en las diferentes etapa de su crecimiento me ha llenado de mucho gozo. Ser papá es tener la responsabilidad de tener a alguien que es una pequeña parte de ti y tener el compromiso de ayudarlo a crecer compartiendo lo que sabes y tus experiencias. Antes de ser padre, me hubiera gustado saber un poco más de cómo inculcarle valores y principios, nadie nace sabiendo ser padre y es algo que se aprende con el paso del tiempo.
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Mi hijo tiene 6 años y el hecho de ser su papá es una enorme satisfacción y sobre todo, mucha felicidad. Si en este momento me preguntan qué me hubiera gustado saber antes de serlo, es cómo cuidar de tu hijo sin caer en el extremo de ser sobre protector.
Soy papá de Valeria, Alexa y Miranda. Antes de ser padre, me hubiera gustado saber entenderlas al 100% y, conforme van creciendo, entender cómo educarlas en el sentido de control, pero dándoles libertad. Muchas veces como padre les quieres dar todo a tus hijas, pero tenemos que dar, controlar, educar y dar libertad y es todo un reto.
Este artículo se publicó anteriormente en La-Lista. Puedes verlo aquí.
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