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Por Nayeli Rueda
Todo el tiempo, incluso cuando guardamos silencio, estamos comunicando algo. A través de la comunicación verbal y no verbal, es como nos relacionamos con los otros. En el hogar, la buena comunicación con nuestros hijos será fundamental en la construcción de relaciones sanas, que haya menos conflictos y que podamos solucionar nuestras diferencias.
En opinión de la psicóloga Alexis Alvarenga de Hoja en azul, la comunicación con los hijos es clave para su sano desarrollo. Y, principalmente, es con la familia con quienes aprendemos a gestionar y solucionar los conflictos.
Las niñas y los niños “son seres racionales y emocionales, y requieren que entablemos con ellos una comunicación asertiva, esto significa que haya un canal abierto para comunicarnos con respeto, en donde puedan expresar sus sentimientos y exponer sus ideas”, agrega la terapeuta.
A veces los padres mandan mensajes contradictorios a los infantes. Un claro ejemplo es cuando gritando y frunciendo el ceño le dicen a su hijo: ¡no estoy enojado! Sin embargo, para que la comunicación sea efectiva, es necesario que el mensaje que se transmite sea coherente en nuestra expresión y nuestro lenguaje.
En la publicación “¿Te suena familiar? La Comunicación en Familia”, de UNICEF, se recomienda no esperar a que el otro adivine lo que estamos sintiendo. Por el contrario, debemos aprender y enseñar a nuestros hijos a “expresar sus necesidades, emociones y expectativas, sin temor a ser rechazados o no ser considerados por los demás”.
Cuando logramos comunicarnos de manera asertiva con los hijos y somos capaces de expresar nuestras necesidades sin agredir a los demás, estamos aprendiendo a resolver los conflictos y en consecuencia vamos a establecer relaciones claras y eficientes.
La familia es el primer lugar donde las niñas y los niños aprenden a comunicarse. Por eso, si quieres que tu hijo se comunique de manera asertiva, es importante que aprenda esta habilidad desde chiquito.
Escuchar a los hijos y ser empáticos con ellos, desde que son pequeños, serán dos elementos fundamentales para cimentar las bases de la confianza y, si necesitan ayuda, no duden en recurrir a sus padres, antes que a nadie.
Cuando existe una buena comunicación con los hijos, los conflictos familiares pueden ser menos, sobre todo en la adolescencia, etapa en la que tienden a exacerbarse.
Asimismo, es necesario comunicarnos desde el amor y la confianza, recomienda Alexis Alvarenga, psicóloga por la Universidad Autónoma de México (UNAM). También “habrá que bajarnos al nivel del niño, escuchar sus necesidades y ser comprensivos. Y si un padre no es capaz de regular sus emociones al comunicarse deberá buscar profesional para aprender cómo hacerlo”.
Para la Asociación Española de Pediatría hay que escuchar a los hijos sin emitir algún juicio, “no mostrar prisa ni impaciencia, no entrar en discusiones previas, valorar lo que dice, preguntar lo que haga falta, interpretar sin juzgar, respetar la libertad del otro, ponerse en su lugar, dar confianza, procurar no interrumpir y, sobre todo, tener mucha paciencia”.
Nunca es tarde para empezar y comunicarte de manera asertiva con tu familia. La psicóloga y tallerista Alexis Alvarenga te recomienda poner en práctica las siguientes estrategias:
Dedica, al menos, 10 minutos diarios, sin distracciones, para platicar con tu hijo o hija. Apaga el celular, la televisión o la radio y bríndale tu atención completa. Siéntate y míralo mientras habla. Este tiempo es muy valioso y estarás fomentando un buen hábito de comunicación.
Asociación Americana de Pediatría
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