Vivimos en una sociedad que juzga a los padres que actúan de forma diferente a la mayoría sin tener en cuenta que existen mil y un formas de educar y ninguna de ellas es perfecta. ¿Salir de viaje sin niños? ¡Impensable! La sola idea parece para muchos un acto de egoísmo, de malos papás, ¡cómo se atreven! ¿Te ha pasado? A mí, sí.
Pasar tiempo a solas con tu pareja es una forma de recuperar la intimidad que tenían antes de la llegada del bebé y que, por todo lo que implica el cuidado del recién nacido, fue pasada a un segundo plano.
Y es que, hay que decirlo, la crianza es tan absorbente que de pronto tu vida se convierte en ese nuevo ser al que amas con toda el alma, pero muchas veces en el camino vas perdiendo individualidad. ¡Cuidado! Hacer de los niños el eje del hogar puede ser fuente de insatisfacción para todos.
En un estudio publicado en el Journal of Family Psychology se detectó que solo el 33% de las parejas mantenían su nivel de satisfacción dentro de la relación, una vez que entraban en escena los hijos. El otro 67% experimentó una importante disminución de la felicidad. El cansancio, el poco espacio y tiempo como pareja, el reparto inequitativo de tareas y el cambio de roles contribuyeron a enfriar la relación.
La pregunta que como padres nos hacemos es, ¿esto es inevitable?
David Code, autor del libro To Raise Happy Kids, Put Your Marriage First (Para criar niños felices, pon tu matrimonio primero) indica que no, que se puede prevenir, pero ello implica dejar de creer que convertir a los niños en el centro del universo familiar es algo positivo.
Code dice que esto no significa darse permiso para ser negligente o desentenderse de los hijos. Simplemente es dejar de ser un papá al 100% de cuando en cuando o encontrar un momento al final del día para compartir con la pareja, contarse uno al otro lo que les pasó en el día, lo que les gustó y no a lo largo de la jornada y sí, salir de viaje solos de vez en vez.
La diferencia está en los matices. Salir de viaje sin los niños no te hace un mal padre, no te hace una mala madre y eso es algo que todos los que tenemos hijos deberíamos grabarnos en la cabeza.
Evidentemente estamos hablando de unos días planeados, únicamente para mamá y papá, donde los hijos se quedan con algún miembro responsable de la familia y al que le tenemos toda la confianza (habitualmente suelen ser los abuelos o la abuelita, más específicamente).
Eso es muy diferente a dejarlos solos, desprotegidos o llevarlos con la abuela sin avisar. ¡Hay mucha diferencia y sí, puedes salir de viaje sin niños si dejas todo preparado.
Cuando te alejas es normal sentir que tus hijos te necesitan y que no puedes dejarlos un segundo, pero debes tener en cuenta que somos mucho más que padres. Es muy importante de que no te olvides de quién eras antes de tus hijos, de tus gustos, sueños e ilusiones. Sigues siendo esa persona y los niños no tienen por qué impedirlo, ellos vinieron a ti a sumar amor, no a que te olvides de ti.
Como padres casi siempre anteponemos las necesidades de nuestros peques a las nuestras, lo entendemos y aceptamos con amor, pero una cosa es cuidarlos y ser sus guías y otra es que tu mundo gire alrededor de ellos. Recuerda lo que dice Code, “hacer de los niños el eje del hogar puede ser fuente de insatisfacción para todos”.
Las vacaciones en pareja tienen muchos beneficios, por ejemplo:
Sé que puede resultar raro estar sin tus peques, y quizá no tengas idea de qué hacer después de tanto tiempo de viajar con ellos, por ello te tengo algunos consejos que te ayudarán a disfrutar al máximo.
Planifica: Ese es el primer tip. Antes de salir, asegúrate de tener todos los aspectos logísticos de tu viaje bien organizados. Reserva tus vuelos, alojamiento y cualquier otra actividad que desees realizar con anticipación. Esto te ayudará a evitar contratiempos y a disfrutar de unas vacaciones más relajadas.
Elige el destino adecuado: Elige un destino que se adapte a tus preferencias como adulto. Puedes optar por un lugar tranquilo y relajante, una ciudad vibrante con opciones culturales y de entretenimiento, o incluso un destino aventurero. Considera tus intereses y el tipo de experiencia que deseas tener, es momento de que pienses en lo que te gusta a ti.
Alojamiento sin niños: Si prefieres disfrutar de un ambiente sin niños, puedes buscar alojamientos que tengan políticas de exclusión de menores o que estén dirigidos específicamente a los adultos. Muchos hoteles y resorts ofrecen opciones solo para adultos donde podrás disfrutar de mayor tranquilidad y relajación.
Actividades para adultos: Aprovecha la oportunidad de explorar actividades y experiencias que quizá no sean tan adecuadas para la edad de tus niños, pero que en este viaje de respiro te puedes permitir. Por ejemplo visitar museos, galerías de arte, disfrutar de la vida nocturna local o participar en actividades más extremas como deportes acuáticos o excursiones de aventura. ¿Hace cuánto que no te atreves a salir a un antro?
Relájate y desconecta: Utiliza este tiempo para descansar y relajarte. Dedica tiempo a actividades que te resulten placenteras, como leer un libro, disfrutar de un masaje o simplemente tomar el sol en la playa. Desconéctate del estrés diario y disfruta de momentos de tranquilidad y autocuidado.
Disfruta de la gastronomía local: Sin preocuparte por los gustos y preferencias de los niños, puedes aprovechar para explorar la gastronomía local y probar nuevos platos. Prueba restaurantes con cocina tradicional o experimenta con lugares de comida gourmet. Deleita tus sentidos con nuevas experiencias culinarias y por primera vez en mucho tiempo, atrévete a buscar un lugar sin juegos infantiles.
Flexibilidad y libertad: Al viajar sin niños tendrás más flexibilidad y libertad para adaptar tu itinerario según tus deseos y preferencias. No te sientas presionado por seguir un horario estricto, sino que aprovecha la oportunidad de disfrutar de un ritmo más relajado y de improvisar según tus intereses en el momento.
Tranquila, tranquilo, no te estoy proponiendo que dejes a tus pulguitas solos a su suerte. Toma tus precauciones para que en tu viaje sin niños no estés nervioso o preocupado por tus pequeños. Te tengo algunas recomendaciones:
Asegúrate de dejar a tus niños al cuidado de una persona de confianza, como un familiar cercano, un amigo de confianza o una niñera con buenas referencias. Verifica que la persona tenga experiencia en el cuidado de niños y que se sienta cómoda asumiendo esa responsabilidad. En mi caso no hay mejor lugar que con la abuela. Si no te sientes seguro, puedes instalar un sistema de monitoreo con cámaras para que de vez en cuando les “eches un ojo”.
Deja instrucciones claras y detalladas sobre la rutina diaria de tus niños, incluyendo horarios de comida, medicamentos (si los hay), actividades, normas de seguridad y cualquier otra información importante. También asegúrate de proporcionar números de contacto de emergencia, como el tuyo y el de un médico de confianza.
Mantén una comunicación constante con el cuidador mientras estás fuera. Pide actualizaciones sobre cómo están los niños, cómo han pasado el día y si hay alguna novedad. Esto te brindará tranquilidad y te permitirá resolver cualquier problema o duda que surja.
Además de tu número de teléfono, proporciona los números de teléfono de otros familiares o amigos cercanos que puedan ser contactados en caso de emergencia. Asegúrate de que el cuidador sepa cómo comunicarse con ellos en caso de necesidad.
Proporciona una lista de contactos de profesionales médicos de confianza, como el pediatra de tus niños o el número de teléfono del centro de salud más cercano. Incluye también información sobre cualquier condición médica especial que tengan tus niños, alergias o medicamentos que deban administrarse.
Deja un kit de emergencia con suministros básicos, como vendajes, analgésicos para niños, termómetro, curita, medicamento para la fiebre, números de contacto de emergencia y cualquier otro artículo que pueda ser necesario en caso de accidente o enfermedad.
Si estarás fuera en un lugar diferente, asegúrate de informar al cuidador sobre la ubicación exacta y proporcionar cualquier información relevante sobre el lugar, como direcciones, números de contacto y nombres de personas de referencia.
La crianza siempre ha sido objeto de evaluación social. Hagas lo que hagas vas a ser criticado, así que deja de preocuparte por lo que digan los demás y empieza a ver tus necesidades.
Un viaje sin niños no es negligencia o falta de amor, es simple y sencillamente una escapada para llenarte de energía. Es un momento para ustedes dos que a la larga los hará personas más felices, padres más pacientes y, por ende, niños más contentos y sanos en todos los sentidos.
Inténtalo, ¿viajar sin niños? ¡Claro! Hay tiempo para todo, ya podrán planear un viaje en familia, porque también es importante. En esta nota te platico cómo los viajes son fuente de felicidad para los más pequeños, así que después no te olvides de planear una salida con tus hijos.
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