El 2022 está por llegar a su final y, como sucede cada 12 meses, la emoción por el nuevo año lo está invadiendo todo y a todos. La mayoría de las personas tiene al menos un par de rituales de Año Nuevo para recibir con esperanza el ciclo que está por iniciar. Te invito a hacer un breve recorrido por esas costumbres que se hacen de cada cierre de año una noche alocada, divertida y emocionante. ¡Que venga el 2023!
Si bien es cierto que no hay nada nuevo bajo el Sol y que los rituales son los mismos cada año, lo que sí es diferente es la intención de cada persona y eso va de la mano con las vivencias que hayan tenido durante el 2022, sin embargo, quizá para este 2023 puedas inventar un ritual que sea personal o para compartirlo con tu familia.
Yo, desde hace tiempo, acostumbro a hacer pulseritas de hilaza con algunos colores significativos como amor, salud, abundancia, paz (representado por su característico color), pero las personalizo, no todas son iguales sino que a cada miembro de la familia le pongo los colores que creo va a necesitar para comenzar su nuevo año, por ejemplo, a mi hermano este 2023 le daré una pulserita roja con amarillo y verde, para que tenga mucha salud, amor y dinero…
En estas fechas regalar un borreguito a tus personas queridas es una hermosa manera de demostrarles que les deseas lo mejor para el siguiente año. Este lanudo animalito significa mucha riqueza y abundancia. La costumbre dicta que si recibes uno habrás de pegarlo en la puerta de tu casa (adentro). Este es un ritual de ida y vuelta, recuerda que lo que deseas para otro se te regresa multiplicado por siete, así que, ¿listo para recibir abundancia durante el 2023?
Sin duda, este es uno de los rituales más usados por las familias católicas. Se trata 12 velas o veladoras (docenario) que son encomendadas a la Santísima Trinidad. Si quieres puedes llevarlas a bendecir en la misa de Gallo. Cada veladora se enciende el primer día de cada mes y se mantiene así hasta que se consume (claro que si sales de casa te recomiendo apagarla para evitar accidentes).
Puedes incluir velas de colores específicos que tienen un significado distinto según el color, si además las haces tú, las estarás cargando de tu energía, intención y buena vibra. Quizá podría ser también, un regalo perfecto para alguien muy especial.
Vela roja: El color rojo significa llamar al amor y puede intencionarse a cualquier tipo de relaciones (pareja, amistad o familiar).
Vela blanca: Esta vela simboliza paz, serenidad y armonía.
Vela amarilla: El amarillo significa prosperidad y tiene especial repercusión en el ámbito de los negocios, por lo tanto, abrirá las puertas correctas para que haya buenas y estabilidad financiera en tu hogar.
Vela azul: El encender una vela azul significa llamar al éxito, así que, si deseas que los habitantes de tu casa en lo individual y como equipo sean exitosos, esta es la vela adecuada.
Vela verde: Esta vela se enciende cuando hay conflicto familiar, y podrá ser encendida en casos muy especiales, si existe un problema y se quiere hallar pronta solución.
Vela naranja: Este color simboliza la energía positiva, o sea que al encenderla hace que toda energía negativa sea expulsada del hogar, recuperando la tranquilidad y equilibrio en la vida de los creyentes.
Vela dorada: Esta vela que representa el dinero se enciende cuando hay escasez o deudas, para revertir y solucionar dichas situaciones.
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La idea es que si estrenas ropa la última noche de diciembre, además de lucir espectacular no te faltará el dinero en los siguientes 365 días y, por lo tanto, ¡podrás estrenar todo el año! Estrenar al menos una prenda esa noche del año también atraerá la suerte para el futuro.
Las puedes preparar poniendo en un plato un puñado de lentejas, de arroz, de garbanzo, de frijol, de maíz, de trigo y semillas de mostaza, luego lo colocas en un lugar especial al menos durante toda la noche del 31 de diciembre. A la mañana siguiente las puedes poner en un saquito de tela roja y guardarlo en un sitio especial, o dividirlas en bolsitas del mismo color, repartirlas entre todos los miembros de la familia y llevarlas consigo durante todo el año.
Se trata de que escribas todos tus deseos para el año nuevo, este puede ser un buen momento para hacer un balance sobre lo que lograste en 2022 y a partir de ahí definas hacia dónde quieres encauzar el 2023. Algo que me funciona es tratar de resumir en 12 palabras lo que deseo para el siguiente año y, conforme las campanadas, me repito cada una en voz baja mientras como una uva.
¡Sin uvas no hay año nuevo! Bueno, eso me decía año tras año hasta el 2020, en el que todo era tan complejo y las pocas uvas que encontraba estaban carisisisisísimas, que mejor las cambié por Açaí (Azaí) cubierto de chocolate amargo, eso sí 12 para no perder ni uno solo de mis deseos. Desde entonces pienso que, si no hay uvas no es tan trágico, lo que cuenta es cumplir el ritual de decir uno de mis deseos y comer (la uva o el chocolate) con cada campanada de la medianoche; así habrá muy buena suerte durante todo el año siguiente.
Apenas pase la medianoche debes tomar una maleta y salir a la calle para dar la vuelta, se cree que mientras más grande sea la maleta y el paseo callejero, más largos serán los viajes y más lejos podrás ir.
Comer lentejas además de nutrirte, un plato de lentejas dulces atraerá la buena fortuna y la abundancia, además simboliza el deseo de tener una larga vida llena de salud.
Para el Feng shui este es un ritual muy importante, barrer la casa poco antes de la media noche es lo mejor para echar fuera las malas energías. Una variante de este ritual es lanzar un vaso o cubeta de agua (bueno, solo el líquido) por la ventana, la intención es la misma pero, ¿no será mejor cuidarla y sí lanzarla fuera de la casa pero cuidando que caiga en una planta? Esta puede ser una manera de simbolizar nuestro compromiso con el planeta. Siguiendo con el tema de la depuración, intenta tirar todo lo que ya no sirve para que lo bueno se multiplique y lo nuevo tenga espacio para llegar.
Sin duda el ritual más reconfortante y que mejor alimenta el alma es abrazar y besar a todos nuestros seres queridos, desearles lo mejor para el año que está iniciando y decirles cuánto los queremos.
Estos rituales son una recarga de energía para todos, entre la tradición y lo divertido es justo que despidamos a la Noche Vieja con buena actitud y con la esperanza de un año mejor en todos los sentidos y, como en el caso de los borreguitos de la abundancia, lo que deseamos a otros vuelve a nosotros multiplicado por siete así que… a sembrar lo que quieres cosechar en el 2023. ¡Feliz año nuevo!
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