Numerosos han sido los esfuerzos que gobiernos y distintas organizaciones han venido realizando desde hace décadas para frenar la contaminación ambiental que aqueja a nuestro planeta, pero no se ha avanzado gran cosa en realidad, por eso, bajo la premisa de que todo suma, comencemos desde casa hoy mismo. Reduce, reutiliza y recicla son las tres erres más amigables y podrían salvar al planeta.
Nuestro planeta Tierra padece una alarmante crisis ecológica; los hábitos de consumo de la humanidad, la sobre explotación de esta en cuanto a los recursos naturales y la modernización en los procesos de industrialización son, en conjunto, una fuerte amenaza para la sobrevivencia de distintos ecosistemas.
Un ejemplo muy claro es lo que le ha sucedido a la capa de ozono que protege al planeta de la dañina radiación ultravioleta emitida por el Sol; los científicos determinaron hacia finales de los años 80 que esta tenía un agujero alarmante provocado, en su mayoría, por gases encontrados en aerosoles, refrigerantes y aires acondicionados.
Así que en 1987 se firmaron en Montreal, Canadá, los acuerdos internacionales Protocolo de Montreal y la Enmienda de Kigali. Derivado de esto se logró disminuir la emisión de los gases dañinos, mismos que afortunadamente hoy en día ya están prohibidos (igual que otras sustancias nocivas), al grado de que se espera que para el año 2050 dicha capa ya esté recuperada.
Con lo anterior puedes darte cuenta de que, aun cuando las cosas se ven sombrías, siempre hay una esperanza. Y tú, en compañía de tu familia y amigos puedes colaborar con acciones que parecieran simples, pero que si todos las volvemos parte de nuestro día a día se pueden convertir en ayuda invaluable para este hermoso planeta azul.
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Algo que hace mucho daño son nuestros hábitos de consumo. ¿Puedes creer que durante las dos terceras partes del siglo pasado no existían los desechables? Para empezar ni siquiera había el concepto de agua embotellada, los refrescos se vendían en envases de vidrio retornables, en el supermercado había bolsas de papel, etc. Son usos que fueron reemplazados por el progreso en la industria de empaques y que en la actualidad están retomando vigencia por ser más amigables con nuestro medio ambiente, ya que se está optando por materiales reciclables o reutilizables.
A mediados del año 2004 el gobierno japonés presentó ante la Cumbre del G8, la iniciativa de las tres erres: reducir, reutilizar y reciclar. Al año siguiente al menos 20 países discutían sobre cómo implementar dicha propuesta en sus territorios. La intención es implementar estrategias que nos ayuden a que los residuos que generamos día con día sean lo menos dañinos posible con el planeta y, por ende, con nosotros mismos.
A estas alturas, el concepto de las tres erres se escucha cada vez con mayor frecuencia y en más lugares, pero no está de más tener más información; ya sabes. La información es poder, y nada como poder ayudar al planeta en que cohabitamos.
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Reduce, una de las 3 erres más amigables
Se trata de reducir, en la medida de lo posible, tu consumo de energías y de productos contaminantes, ya sea en su producción o con su embalaje. A este rubro corresponden acciones como las de haber retirado las bolsas de plástico en el súper y en su lugar promover el uso de bolsas reusables.
Algunas otras acciones para reducir nuestra generación de basura son:
Reutiliza, una de las 3 erres más amigables
Evidentemente esto se trata de que le des otro uso (a veces el mismo) a lo que antes era tirado a la basura luego de un primer uso, con el fin de extender la vida útil de algunas cosas y también de algunos recursos naturales, con lo que estarás no solamente colaborando con el planeta, además puedes estar beneficiando a tu bolsillo. Aquí algunos ejemplos de reúso:
Recicla, una de las 3 erres más amigables
Reciclar significa hacer un producto nuevo a partir de otro u otros ya usados, que de otra manera serían basura. Es la actividad más común de este grupo de las tres erres y se lleva a cabo tanto en casa como a nivel industrial. El objetivo es que al final se genere la menor cantidad posible de basura. Por ejemplo:
¿Qué te parece hacer papel reciclado?
¿O quizá te llamó la atención el budín?
Reducir, reutilizar y reciclar, más que política ambientalista son hábitos que perfectamente podemos introducir a nuestra vida diaria y hacerlos parte de ella. Cuidar el único planeta que hasta ahora tenemos es una responsabilidad compartida: tú, yo, todos podemos y debemos colaborar con lo que nos corresponde.
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