Si aún no ves Mi primer mandado, una serie que se agregó recientemente a Netflix, te recomendamos que lo hagas porque es un reflejo de la cultura que tienen en Japón y que muestra un estilo de crianza basado en la independencia de los niños.
Se trata de un reality show que sigue a los niños pequeños que, por primera vez, hacen mandados por sí solos. De esta forma se preparan para la vida adulta y aprenden desde muy pequeños a hacer infinidad de cosas por sí mismos.
Aunque es nuevo en la plataforma de streaming, en realidad fue emitido por primera vez en Japón a través de la cadena Nippon Tv hace más de tres años. La primera temporada que está disponible en occidente consta de 20 capítulos, los cuales duran 21 minutos aproximadamente. Es una versión editada y resumida de la que se emitió originalmente.
La temática gira en torno a los padres japoneses que mandan a los niños a hacer mandados (entre los dos y cuatro años) y que implican caminar alrededor de un kilómetro o más. Los niños van completamente solos, por lo que en occidente se ha generado un gran debate entre los adultos. ¿Están preparados a esa edad para un mandado?
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Mi primer mandado muestra una cultura japonesa muy diferente
El programa es muy popular en Japón y es visto normal; está basado en el libro Hajimete No Otsukai, de Yoriko Tsutsui, que en 1977 contó la historia de una madre que envía a su hija de cinco años a comprar leche para su hermano menor.
El detalle es que, Mi primer mandado, ha abierto polémica en el resto del mundo. Por un lado, muestra la ideología japonesa donde los niños son considerados capaces de hacer mandados largos, incluso se les asignan varias tareas complejas. Por el otro, se ven niños pequeños caminando solos en la calle, sin ninguna supervisión, lo cual es impensable en países como el nuestro.
Al final del día, no sin dificultades, los niños tratan de cumplir su mandado (bueno, más o menos), lo que es sorprendente porque los vuelve autosuficientes. Con cámara oculta se ve cómo se mueven por lugares concurridos, saben cruzar la calle y entablan conversaciones con desconocidos.
En muchos momentos se ven situaciones chuscas: la pequeña que olvidó cuál era el encargo, el niño que se pone rebelde y se niega a ir a la lavandería, el padre que soborna al pequeño para que haga el mandado y la mamá que le dice que es blando. ¡Amarás a estos pequeños!
Sin duda un programa muy recomendable que nos deja ver una cultura diferente. Como te explicamos en esta nota, allá los niños a los doce años ya saben cocinar y hacer todas sus labores. Es costumbre que limpien sus lugares en la escuela y son enseñados a tener una actitud de servicio a la comunidad. Realmente impresionante.
Apunta Mi primer mandado en tu lista de próximas series por ver, te va a gustar. Llorarás, reirás, te sorprenderá, incluso podría inspirarte.
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