El Hanukkah o Janucá es la celebración o fiesta que los judíos conmemoran en invierno, son ocho noches en las que las familias se reúnen y comparten rezos, juegos, alimentos y regalos. Se realiza para conmemorar la victoria que dios le dio a su pueblo sobre sus opresores en el año 164 a.C. Te contamos cómo explicarles el Janucá a los niños.
El Janucá es una celebración muy especial contarle su historia a los niños les ayudará a entender su significado. Bajo la dirección de Alejandro Magno, el Imperio Griego llegó a ser en verdad grande, abarcaba desde Grecia (su nación de origen) hasta la India, lo que evidentemente incluía el territorio hebreo. Cuando en 323 a. C Alejandro (conocido hoy como el mayor conquistador de la historia) murió, su imperio se dividió entre sus cuatro generales y Judá quedo bajo el territorio de Ptolomeo y en el año 198 a.C. pasó a ser parte de imperio de Seléucida.
No obstante la conquista, el pueblo judío siempre fue respetado en cuanto a su cultura y tradiciones, incluso Ptolomeo II acudió al sumo sacerdote judío para la traducción de la Biblia (del hebreo al griego) para la famosa biblioteca en Alejandría. Las cosas siguieron así hasta que Antíoco IV se convirtió en rey, incluso se hizo llamar Epífanes (dios manifestado) lo que es una muestra de su forma de ser ¿no lo crees? El punto es que este nuevo rey se propuso imponer la cultura y religión Helénica sobre el pueblo judío, y entre otras cosas en el año 167 a.C. saqueó y profanó el Templo del Señor en donde mandó poner una estatua de Zeus, además de que inició un periodo de persecución y tortura hacia los judíos.
“Los macabeos, hartos de tanto sufrimiento iniciaron una lucha por defender a su pueblo de tantos abusos, y en el año 164 a.C. lograron recuperar Jerusalén y con ello rescatar el Templo, y así lo pudieron dedicar nuevamente a la religión judía”.
Por cierto, la Revuelta de los Macabeos, como se le llegó a llamar, terminó con la expulsión de los seléucidas de Judea en el año 160 a. C.
Cuando los Macabeos recapturaron el templo, lo primero que hicieron fue encender la lámpara del templo (menorá), ya que esta representa la luz de dios y, por lo tanto, debía de estar encendida continuamente. De acuerdo con el Talmud había aceite suficiente para encender la lámpara solo por un día, pero milagrosamente el aceite duró 8 días, el tiempo suficiente para que los sacerdotes pudieran producir nuevo aceite, lo que evitó que la luz se extinguiera. Esto sucedió el 25 de Kislev (el noveno mes del calendario hebreo, que en el calendario gregoriano sucede entre noviembre y diciembre) del 164 a.C.
Entonces en honor al milagro de la luz, se comenzó a celebrar el Hanukkah (significa dedicación), que es un recordatorio del llamado milagro de la luz en la dedicación (o rededicación) del templo a dios. La fiesta es una celebración que dura 8 días debido a los días que la lámpara del templo se mantuvo encendida, milagrosamente, como narra la leyenda del aceite en el templo. Incluso en la Biblia se menciona la celebración, en el Nuevo Testamento:
“Era invierno y en Jerusalén estaban celebrando la fiesta en que se conmemoraba la dedicación del templo”.
Jn 10:22
Aunque esta conmemoración tiene más de dos siglos de existir, comenzó a hacerse más visible para los no judíos durante el siglo pasado, ya que coincide con las fiestas navideñas y es una manera de que las festividades se empalmen.
La fiesta de Hanukkah se celebra durante ocho días, desde el 25 de Kislev al 2 de Tevet (o 3 de Tevet, cuando Kislev tiene 29 días solamente). Aunque por las variaciones del calendario judío no se puede hablar de una fecha específica en el calendario gregoriano, esta puede suceder desde los últimos días de noviembre hasta la tercera semana de diciembre, aproximadamente). Este 2023 el Hanukkah será del 7 al 15 de diciembre.
Durante esta fiesta se enciende la Menorah de Hanukkah que es un candelabro de nueve brazos incluyendo el central y más grande que se llama el Shamash o sirviente. Cada brazo tiene una vela que representa a cada día de los ocho que se mantuvo encendida la lámpara del Templo, la novena vela suele ser la más grande y va en el brazo central, sirve para encender las ocho restantes.
Todos los miembros de la familia deben estar presentes al encender las velas, en la primera noche de Hanukkah, se pronuncian las bendiciones y se enciende la vela del extremo derecho. Cada una de las noches siguientes se añade la vela que sigue a la izquierda de las previamente encendidas, la vela nueva debe encenderse primero, seguida de la que está inmediatamente a su derecha y así sucesivamente. Así hasta que, en la octava noche, las ocho velas están encendidas. Las velas se encienden al atardecer o al anochecer y deben permanecer ardiendo hasta media hora después del anochecer.
Otra tradición de Hanukkah es que los niños jueguen dréidel, que es una perinola de cuatro lados cada uno con una letra en hebreo (נ (Nun), ג (Guímel), ה (Hei), y פ (Pei)) que forman el acrónimo nes gadól hayá po: “un gran milagro ocurrió aquí”, en recuerdo a los ocho días de la lámpara en el templo.
La comida es una de las tradiciones más relevantes de Hanukkah, las familias se reúnen después del ritual de las velas a compartir deliciosos platillos generalmente fritos en aceite, en alusión al milagro del aceite en el templo. El menú incluye latkes o tortas fritas de papa y sufganiót o donas rellenas de mermelada.
Ahora te queremos compartir un pedacito de esta bonita celebración, en la que se recuerda cómo la luz triunfó sobre las tinieblas, es una receta muy fácil que te aseguramos, será la delicia de chicos y grandes.
Donas de Hanukkah
Ingredientes:
Preparación:
Disuelve la levadura, el agua tibia y las dos cucharaditas de azúcar en un tazón. Deja reposar por unos minutos, añade el resto de ingredientes y amasa hasta obtener una masa homogénea. Deja reposar durante aproximadamente una hora o hasta que la masa haya duplicado su tamaño.
Estirar la masa en una superficie plana hasta que tenga alrededor de 1 cm de espesor. Dejar reposar 30 minutos y luego divide la masa en bolas del mismo tamaño. Por último fríe cada bolita. Espolvorear con azúcar glas o cubre con mermelada y a disfrutar.
Más allá del hecho histórico, la celebración del Hanukkah posee un valor cultural y simbólico invaluable que nos invita a reflexionar sobre cómo, aún en la peor oscuridad, siempre podemos encontrar una pequeña luz de esperanza. Conocer las tradiciones de cada cultura no solo aumenta nuestros saberes, también nos genera empatía. De ser humano a ser humano: ¡Feliz Hanukkah!
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