Este 2 de febrero es el Día de la Candelaria y, si te salió el niño Dios en la Rosca de Reyes, es muy posible que te haya tocado llevar tamales a tu trabajo, con tus amigos o con la familia. Justo hoy, los puestos que venden este suculento manjar prehispánico están abarrotados: dulce, verde, mole, rajas o sabores exóticos.
¿Qué tal unos oaxaqueños, de chipilín, uchepos, canarios, nejos, de bola o las corundas? ¡Hay una gran variedad de versiones por región del país! Pero, ¿por qué comemos tamales el Día de la Candelaria? ¿Cómo se fusionó un platillo mesoamericano con una tradición colonial?
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¿Qué se festeja el Día de la Candelaria?
El Día de la Candelaria, mejor conocido en la religión católica como La Purificación de María, es una tradición muy arraigada en México que comienza con la partida de la Rosca de Reyes el 6 de enero y que representa la ofrenda que los reyes de oriente llevan al hijo de Dios en la tierra.
Dentro de la rosca hay pequeños muñecos que representan al niño Jesús, en alusión al momento en que tuvo que esconderse de Herodes para que no lo matara. De acuerdo con nuestras costumbres, a la hora de partir el pan, si te sale el niño Dios, debes invitar los tamales el 2 de febrero.
El 2 de febrero, 40 días después del nacimiento de Jesús, es el Día de la Candelaria. Este día, quien encontró al niño Dios en la rosca, invita los tamales porque es su padrino. La tradición indica que también debe vestirlo y llevarlo al pesebre para ser bendecido.
El sacerdote José de Jesús Aguilar Valdés, explica que en la tradición judía, la Ley de Moisés determinaba que todas las mujeres que habían dado a luz debían presentarse en el templo 40 días después de tener a su bebé para purificarse, 40 días si era niño y 80 si era niña. La razón es que al derramar sangre durante el parto la madre quedaba “impura”, por lo que tenía que permanecer en cuarentena purificándose sin ir al templo y cuando terminaba ese tiempo ya podía ir ante Dios.
La mujer tenía que llevar una ofrenda con dos animales, uno debía sacrificarse y el otro se dejaba en libertad. “Tenía que presentarse con dos palomitas o dos pichones. Uno de estos pichones lamentablemente se sacrificaba para purificar el darramamiento de sangre de la madre y al otro pichoncito se le vertía un poquito de sangre y se le dejaba ir volando. Esto significaba que la madre quedaba totalmente purificada”.
El religioso detalla que un hombre llamado Simeón, conducido por el Espíritu Santo, fue al templo al mismo tiempo que María y José, tomó al niño Jesús y lo reconoció como el mesías.
“Cuando el niño Jesús cumplió cuarenta días, siguiendo esta tradición, sus padres lo llevaron al templo y cuando estaba en este lugar un anciano, el anciano Simeón, lo reconoció como el mesías y dijo: ‘Este niño viene a ser la luz del mundo, pero a ti, le dijo a María, una espada te atravesará el alma’. Con esto al anciano le estaba anticipando a la virgen María que, cuando ella lo viera en la cruz, sentiría mucho dolor”.
Según las escrituras, al ver a Jesús, Simeón exclamó: “Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz, porque mis ojos han visto a tu salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos; luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo, Israel”
Con el paso del tiempo, el Día de la Candelaria se centró en vestir al niño para llevarlo a la iglesia y ser bendecido y repartir tamales, un platillo tradicional mexicano.
“Basados en estos textos de la sangrada escritura que nos hablan de la presentación del niño Jesús al templo, la gente toma su imagen que ha estado en el nacimiento y con un vestido nuevo, o el que ha usado siempre, lo acostumbra llevar a la iglesia para que el 2 de febrero reciba una bendición. Como se recuerda que este niño es la luz de las naciones, se lleva la imagen acompañada de velas, es decir candelas, y de ahí viene la palabra Candelaria. Por eso el 2 de febrero es el Día de la Candelaria, un día de muchas velas para recordar que ese niño es nuestra luz”, dijo el sacerdote.
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¿Por qué comemos tamales el Día de la Candelaria?
Erika María Méndez Martínez, maestra en antropología por el Instituto de Investigaciones Antropológicas, explicó a Ciencia UNAM que la tradición de consumir tamales durante los primeros días de febrero no solo está asociada a la religión católica sino también a otras fiestas prehispánicas como la bendición de las semillas.
Este ritual forma parte de las celebraciones de apertura del ciclo agrícola, en donde los campesinos ofrecen sus cosechas y una serie de oraciones pidiendo una buena temporada de siembra. Justo el 2 de febrero se conmemoraba el nacimiento del Sol en el calendario azteca que coincide con el comienzo de la temporada de siembra.
La aparición de los tamales en la ecuación se debe al sincretismo mexicano, es decir, la unión de creencias indígenas y españolas. Se hizo coincidir en esta fecha, el Día de la Candelaria, con la fiesta de Atamalcualiztli, un festejo en donde el platillo principal eran los tamales de agua y tenían como fin honrar a Tláloc, el dios mexica de la lluvia, de acuerdo con Ciencia UNAM.
Si ben previo a la siembra se realizaban diversos rituales a Tláloc, Chalchiuhtlicue y Quetzalcóatl que incluían productos de maíz, entre ellos los tamales, el Atamalcualiztl se efectuaba cada ocho años. Consistía en un ayuno de una semana en el que las personas no comían nada excepto una porción diaria de tamales sin condimentar remojados en agua todo el día. Esto tenía el fin de dejar reposar la comida de ser tratada y cocinada, para así “revitalizarla”. Se creía que quienes no participaban en esta celebración eran atacados con lepra.
El cronista Fray Bernardino de Sahagún describe que, de acuerdo al calendario mexica, se preparaban tamales que posteriormente eran colocados en altares y ofrendados a deidades como Xilonen, la diosa del maíz tierno y Huitzilopochtli, el dios de la guerra.
En la actualidad ambas tradiciones se unieron y se ha utilizado como parte de la convivencia. Quien saca el niño Dios en la rosca se convierte en padrino y debe festejar este honor con una tamaliza, con su respectivo atole.
Para muchas familias es una tradición reunirse el 2 de febrero, Día de la Candelaria, para comer tamales.
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