Por educadora perinatal Jimena Guarque
Todos sabemos que el embarazo se divide en tres trimestres, pero ¿alguien te ha hablado de qué pasa en “el cuarto trimestre”?
Si tienes un recién nacido, seguramente has vivido una escena similar: pasas una hora acunándolo en tus brazos esperando a que caiga rendido. Cuando sientes que está completamente dormido, lo dejas en la cuna y “buaaaa”, estalla en llanto. ¿Qué está pasando?
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El pediatra Harvey Karp acuñó el término “cuarto trimestre” al observar que los bebés nacen “demasiado pronto”. Desde su punto de vista, nacen a los nueve meses, aunque su cerebro no está completamente desarrollado (ni su cráneo sellado), ya que si éste creciera más ya no cabría por el canal del parto.
Al nacer, son seres completamente dependientes para satisfacer sus necesidades fisiológicas. Por eso dice Karp que “se debe pensar en ellos todavía como fetos”. Así que, de acuerdo con el autor: “si quieres que se sientan felices y seguros, tendrás que recrear el mundo de un feto”.
En el vientre, los bebés se arrullan con el movimiento y se despiertan cuando estás quieta (por eso sus pataditas se sienten más cuando te acuestas). Funcionan por ciclos: comen, juegan y se duermen una y otra vez. Además, tienen una fuente de alimentación, calor, sonido y contención constante: el cuerpo de mamá. Para reproducir todas estas condiciones y hacer una transición hacia el mundo extrauterino más, el doctor Karp recomienda lo que él llama las “cinco S” (por sus siglas en inglés):
Existe poca cultura sobre la importancia del reposo durante el posparto. En esta etapa, la mamá está abrumada por la gran responsabilidad que implica estar a cargo de un ser humano 24/7, sumada a los cambios hormonales, la experiencia del parto, los entuertos, el sangrado, los cambios en su cuerpo, el proceso de adaptación a la lactancia y la falta de sueño.
En esta situación, intentar recuperar tu ritmo normal es prácticamente imposible: hacer la comida, recoger la casa y recibir visitas es demasiado. La familia, los amigos y cualquier otro círculo de apoyo es crucial.
Pensar que el posparto es como un cuarto trimestre de embarazo, te ayudará a prolongar tu etapa de recogimiento hasta que tu bebé cumpla tres meses. Considera vivirla como cuando estabas a punto de dar a luz: no salías tanto de casa, evitabas manejar y llevabas un ritmo tranquilo, solo que ahora con un pequeño detalle añadido: una compañía muy tierna y demandante.
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