Por Dra. Carla Pérez Martínez, Psicología con bebés.
Cuando pensamos en tener a nuestro bebé en brazos por primera vez, imaginamos una escena llena de ilusión y alegría. Sin embargo, no siempre es así y existe la posibilidad de sentirnos tristes, angustiadas y abrumadas. ¡No es como lo habíamos imaginado!
Durante el embarazo y el postparto, la mujer presenta grandes cambios físicos y psicológicos que la hacen sentir más vulnerable emocionalmente. Esta sensibilidad emocional que nos permite entender las señales de nuestro bebé y ofrecerle los cuidados que requiere, también hace más probable que aparezcan dificultades de salud mental como la depresión postparto.
En ocasiones pueden aparecer sentimientos y pensamientos que nos asustan; lloramos frecuentemente, estamos más irritables, tenemos dificultades para conectarnos con nuestro bebé, etcétera.
Durante las primeras semanas después del nacimiento de tu bebé, puede aparecer el baby blues o la tristeza postparto, que es una alteración leve del estado de ánimo que se da casi en la mitad de las mujeres después de tener a su bebé. Los síntomas de tristeza, irritabilidad, falta de concentración, agotamiento y cambios de humor suelen ser ligeros y desaparecen después de dos o tres semanas. Contar con una red de apoyo es indispensable para no sentirte sola en estos momentos.
Por otro lado, la depresión postparto es una alteración mayor que se presenta en 1 de cada 7 mujeres, según la Asociación Americana de Psicología. Los síntomas son de mayor intensidad y duraderos, y pueden afectar el bienestar de mamá y del bebé si no recibe atención profesional adecuada. Entre los síntomas más comunes podemos encontrar:
- La mayor parte del tiempo te sientes triste, desesperanzada, vacía, abrumada o con una gran culpa.
- Sientes dificultad para conectarte con tu bebé y crear un vínculo afectivo.
- Tienes ganas de llorar frecuentemente o sin motivo aparente.
- Te sientes excesivamente ansiosa, como si algo malo fuera a ocurrir.
- Estás irritable y tienes cambios de humor exagerados.
- Tienes dificultades para dormir (incluso cuando el bebé duerme) o duermes en exceso.
- Has perdido el interés en las actividades que antes te resultaban agradables.
- Comes en exceso o has perdido el apetito.
- No sientes interés por tu bebé, pareja, familia o amistades.
- Dudas constantemente de tu capacidad para cuidar a tu bebé.
- Tienes miedo de quedarte sola con tu bebé.
- Has pensado en hacerte daño a ti misma o a tu bebé.
En ocasiones, estos síntomas pueden presentarse desde el embarazo o en el primer año después del nacimiento de tu bebé. Es importante que si presentas algunos de ellos, busques ayuda profesional lo antes posible. Las psicólogas especializadas en la etapa perinatal son las profesionales más recomendables en estos casos.
Explorar las causas y reconocer las señales
No existe una sola causa para la depresión postparto, sino muchos factores que hacen más probable su aparición, tales como antecedentes de depresión u otra enfermedad mental, complicaciones en el embarazo, violencia obstétrica, dificultades con la lactancia, problemas en la relación de pareja, falta de apoyo emocional por parte de la pareja, familia o amistades, problemas económicos, historia de pérdida gestacional, etc. La depresión postparto puede afectar a cualquier mujer, independientemente de su edad, origen étnico o situación económica.
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Si bien la adaptación a la maternidad es un proceso complejo, la depresión postparto es una condición médica que no depende de la falta de fortaleza o voluntad de la madre, es decir, no ocurre por algo que una madre hace o deja de hacer.
Las mujeres con depresión postparto suelen sufrir en silencio debido al desconocimiento de este trastorno, al miedo o la vergüenza de ser juzgadas como malas madres, o porque ellas mismas tratan de autoconvencerse de que están bien debido a la culpa por no sentirse felices con la llegada de su bebé.
Es importante reconocer las señales de la depresión postparto ya que esta necesita ser detectada y tratada lo antes posible para reducir las consecuencias en la madre, el bebé y su familia. El tratamiento psicológico es indispensable, ya que si no se trata profesionalmente, el malestar puede seguir aumentando y evolucionar a una psicosis postparto.
¿Qué hago si tengo depresión postparto?
La mejor forma de afrontar la depresión postparto es asistiendo a terapia psicológica y/o a grupos de apoyo para mamás. Si reconoces algunos de los síntomas que mencionamos antes, busca atención profesional lo antes posible. No tienes por qué vivir esta situación en silencio o soledad, habla con alguien de tu confianza y busca ayuda profesional.
Y si conoces a alguien que esté pasando por esta situación, te invito a escucharla sin juicios y a procurar que reciba el tratamiento psicológico que requiere.
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