A pesar del dolor que pueda sentir una mujer al dar a luz, esto puede ser una experiencia agradable y satisfactoria sabiendo qué puede pasar y qué hacer en el momento: la respiración durante el parto y cómo se debe pujar.
Para Nayelhy Hernández Flores, licenciada en enfermería y obstetricia por el Instituto Politécnico Nacional, cuanto más informada y empoderada esté una mujer embarazada, más segura y relajada se sentirá durante las contracciones y el parto, pues estará mejor preparada para hacer frente al dolor.
La promotora del Curso Petyp Psicoprofiláctico, Estimulación Prenatal y Temprana, comenta que, en algunas ocasiones, si no hay un pujo y una respiración adecuados, el trabajo de parto puede tardar más: “la respiración es muy importante porque permitirá que tanto la mamá como el bebé tengan una buena oxigenación”.
Asimismo, señala que, durante las contracciones, respirar adecuadamente puede hacer que una mujer experimente menos dolor. Cuando la mujer logra concentrarse en la respiración puede aliviar la tensión y sobrellevar mejor las contracciones.
En la publicación “Recomendaciones de la OMS: cuidados durante el parto para una experiencia de parto positiva”, se sugieren técnicas de relajación, respiración, música, meditación, entre otras, para embarazadas sanas que solicitan alivio del dolor.
La respiración en el trabajo de parto dependerá de la fase en que se encuentre, que se divide en tres: dilatación, alumbramiento y expulsión de la placenta. Es en las primeras dos etapas en las que se llevan a cabo los ejercicios de respiración.
De acuerdo con el Instituto Mexicano del Seguro Social, la fase activa del trabajo de parto es un periodo de tiempo que se caracteriza por actividad uterina regular y dolorosa, asociado a modificaciones cervicales. Inicia a los 5 centímetros de dilatación y culmina con la dilatación cervical completa.
Cuando todavía no hay una dilatación adecuada y la mujer tiene ganas de pujar, se recomienda que la respiración sea jadeante y rápida, como cuando acabas de correr. Este tipo de técnica es la más adecuada para este momento del trabajo de parto, apunta la experta.
La Clínica Mayo señala que pujar demasiado pronto puede hacer que te sientas cansada y que se te hinche el cuello uterino, lo que puede retrasar el parto. Jadea o sopla a través de las contracciones. La transición suele durar de 15 a 60 minutos.
La fase de transición, señala Hernández Flores, es una etapa en la que el cuello del útero ha alcanzado la dilatación máxima (10 centímetros). En este momento la gestante debe realizar un pujo sostenido que implica hacerlo justamente cuando venga una contracción.
En la última etapa, la respiración debe hacerse llenando el tórax de aire para tener una buena cantidad de oxígeno en la cavidad, lo cual ayudará a tener un pujo más efectivo y lograr que nazca el bebé.
Este tipo de respiración se debe aguantar el mayor tiempo posible, pero sin dejar de pujar. “Si respiramos profundamente, pero dejamos de pujar, el bebé vuelve a subir”, explica la experta.
Como podemos ver, la respiración durante el parto juega un papel muy importante en este momento crucial. Hacerlo de manera adecuada estabilizará la frecuencia cardiaca de la mamá y del bebé, y permitirá que disminuyan en ella la sensación de náuseas, vómito y mareo, gracias a que se está oxigenando adecuadamente.
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