Por Nayeli Rueda
Los futuros padres y la familia ya no tienen que esperar hasta el nacimiento para conocer algunos rasgos físicos de su bebé, pero tampoco tienen que aguardar 280 días para comenzar a registrar sus primeros bostezos y muecas, pues con el ultrasonido 3D se pueden ver imágenes fijas del bebé, y con volumen en tres dimensiones desde la semana 24.
Lo más actual son los ultrasonidos 4D y 5D, los cuales “ofrecen la posibilidad de ver en alta definición al bebé con movimiento y en tiempo real”, explica Laura Elena López Saiz, especialista en medicina materno fetal de Néixer Diagnóstico Prenatal.
Para los familiares es muy emocionante ver al bebé bostezar, chuparse el dedo, mover las manitas o abrir los ojos, pero también es una oportunidad para que la mamá y, sobre todo, el papá, “empiecen a tener un vínculo con su futuro hijo”.
El ultrasonido no implica ningún riesgo para la madre o el bebé. Es un estudio seguro que, hasta el día de hoy, no ha registrado ningún tipo de complicación, ya que “se utilizan ondas sonoras que hacen eco y se convierten en imágenes”, explica la especialista.
Cultura de la prevención
A pesar de estas maravillas que ofrece la ecografía obstétrica, esta es fundamental para identificar posibles riesgos para la madre y el niño. Asimismo, muchas de las complicaciones como presentación anormal del feto, embarazos múltiples, embarazo ectópico y placenta previa, pueden controlarse con el diagnóstico temprano que comienza con la formación de imágenes de ultrasonido, de acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
Para la doctora Laura Elena López, cualquier mujer embarazada, sin importar que su condición sea de alto riesgo o no, necesita realizarse un ultrasonido cada trimestre, para determinar la condición de la mamá y del bebé.
“Hay que hacer mucha difusión sobre la relevancia de las ecografías, porque algunas malformaciones tienen tratamientos intrauterinos, y si se detectan de manera oportuna se pueden hacer cirugías para corregirlas desde el vientre materno”, enfatiza la experta
Sobre cuándo y por qué es importante realizar los ultrasonidos en distintos momentos de la gestación, la experta señala:
- Primer ultrasonido. Se recomienda hacerlo entre las 11 y 14 semanas de embarazo. Esta ecografía se realiza en 2D y sirve para conocer la anatomía del bebé. La finalidad es detectar alteraciones cromosómicas o determinar si la mamá tiene riesgo de parto prematuro o de que desarrolle preeclampsia durante la gestación, entre otros hallazgos.
- Segundo ultrasonido. ¿Cuándo hacerlo? Entre la semana 18 y 24. Ni antes ni después, explica la especialista. También conocido como ultrasonido estructural, tiene como objetivo evaluar malformaciones en el bebé; detectar que tenga defectos del labio paladar o de columna; así como alteraciones del corazón y tumoraciones pulmonares, entre otras enfermedades.
- Tercer ultrasonido. Es conveniente realizarlo entre la semana 32 y 36 de gestación. Se revisa el crecimiento del bebé; que su peso sea correcto para las semanas de embarazo. También se evalúan algunas alteraciones gastrointestinales, del riñón, corazón o cerebrales que no se pudieron encontrar en la ecografía del segundo trimestre, debido a que estas estructuras continúan en desarrollo.
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Hacer un ultrasonido por un especialista en medicina materno fetal es muy importante. Ellos son los encargados de detectar algún tipo de alteración en el feto. “Un ginecólogo puede hacer un ultrasonido y evaluar el peso del bebé y la posición de la placenta, pero no tiene un entrenamiento enfocado en la detección de malformaciones en el bebé. Podríamos decir que los ginecólogos son los médicos de la mamá y nosotros somos los médicos del bebé”, concluye la experta.
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