Por Nayeli Rueda
Ojalá criar gemelos o mellizos fuera tan sencillo y divertido como ocurre en algunas series de televisión y películas. En la vida real puede ser frustrante y provocar angustia, pero a la vez es una experiencia inesperada e inigualable.
Para Ana López, ser mamá de dos mellizos, Isabella y Santiago, de 7 años, ha sido una historia llena de sorpresas. Nunca imaginó estar embarazada ¡y menos de dos!: “yo tenía 16 semanas de gestación, pero no sabía que estaba embarazada”, cuenta entre risas.
La noticia fue inesperada porque ella se controlaba con la inyección anticonceptiva y su ciclo menstrual era normal. Pero de repente comenzó a tener hinchazón y decidió consultar a su médico. “Me hizo unas preguntas y me dio una prueba de embarazo”. El resultado fue positivo y a los pocos días, un ultrasonido revelaría un embarazo gemelar.
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Aprender a descansar y relajarse
Antes de tener a los mellizos, Ana ya era mamá de tres. La familia creció aún más, y como mujer, ella también. Ha experimentado un crecimiento personal, pues confiesa que hacerse cargo de dos bebés ha sido un reto muy grande, que le ha permitido poner en práctica la paciencia.
Recuerda que cuando los mellizos eran recién nacidos, los oía sollozar y se ponía a llorar junto con ellos: “era difícil tomar la decisión de a quién atender primero. Y también muy desesperante y cansado, pues si un bebé se despertaba y lloraba, pasaba lo mismo con el otro”.
Los bebés de Ana nacieron a las 36 semanas de embarazo. Isabella pesó dos kilos 400 gramos y Santiago, dos kilos. Uno de los consejos que daría a las mujeres que van a tener un embarazo múltiple es disfrutar a sus bebés y descansar. “Mi esposo me compraba discos de relajación para dormir a los bebés y para que yo también pudiera relajarme”, recuerda.
Ahora que sus hijos han crecido, para Ana es muy gratificante y emocionante verlos jugar, compartir y acompañarse. “Tienen una conexión muy especial porque siempre se están buscando”, relata entusiasmada.
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Una conexión desde el vientre
Sobre ese vínculo especial entre hermanos coincide Leticia Muñiz, mamá de Matías y Adolfo, mellizos de dos años de edad. A ella también le sorprende esa conexión que hay entre sus hijos porque “es increíble cómo se preocupan el uno por el otro”.
Esa unión surge desde el vientre materno, crecen juntos y al nacer ¡todo lo hacen juntos!, comenta Muñiz. Si uno de los bebés está inquieto, el otro se inquieta, o si uno se enferma, el otro también. Además, se llevan a la boca los mismos juguetes.
La experiencia de un embarazo gemelar ha implicado que Leticia se organice mejor y que en casa, ella y su esposo, hayan establecido rutinas y hábitos. “Hemos tratado de acostumbrar a los bebés a tener un horario para comer, dormir y bañarse, y nos ha resultado benéfico”.
Para Leticia, su mayor temor en el embarazo era conservar su trabajo para el futuro porque la crianza, educación y manutención de dos hijos implica gastos.
Los costos de hospitalización de mujeres con embarazos múltiples son, en promedio, 40 por ciento mayores que los de las mujeres con un embarazo único. Esto se debe a una mayor estancia hospitalaria ya que se presentan más riesgos de complicaciones obstétricas, de acuerdo con el “Diagnóstico y manejo del embarazo múltiple”, del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Conforme los gemelos o mellizos crecen deben “reconocerse como un solo individuo y descubrir su propia personalidad”, dice Leticia.
Reconoce que dos hijos implican el doble de responsabilidad, pero también de satisfacciones. El apoyo de la familia es importante: “somos afortunados porque nuestra familia es grande y nunca nos ha faltado que nos apoyen en momentos de crisis”.
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