Aunque generalmente se relaciona al embarazo con un final feliz, la vida no siempre es color de rosa y en el desarrollo puede llegar a suceder algo que produzca una dolorosa pérdida del bebé antes de que logre nacer o pocos días después de haber nacido (muerte gestacional y muerte neonatal). Pasar por algo así es intensamente doloroso, algo imposible de definir completamente con palabras, la vida se vuelve hacia la desolación y desesperanza, es como atravesar una intensa tormenta, sin embrago, está la posibilidad del bebé arcoíris y la nueva oportunidad de ser mamá.
Un dicho expresa que “después de la tormenta viene la calma”, y así es. Cuando todo empieza a ser más tranquilo, se ve con mayor claridad, el sol comienza a asomarse tras los negros nubarrones y estos se disipan, cuando aún hay un poco de lluvia aparece un hermoso arcoíris que a todos nos reconforta y da ilusión, recuerda que la vida está llena de color. Efectivamente, un bebé arcoíris es el que llega a la familia luego de la muerte de un hijo anterior.
En la naturaleza no puede haber día sin noche o invierno sin verano, de la misma manera para comprender el concepto que en esta ocasión nos ocupa es importante hablar de lo que le da lugar, es decir, ¿qué es un bebé estrella?
Se ha llamado así a todos esos bebés que no lograron nacer o que lo hicieron, pero vivieron muy poco. Sin importar las causas, el significado es hermoso: ellos permanecen en el cielo como estrellas y brillarán por siempre. Otra bonita manera de explicarlo es que son como estrellas fugaces, haciendo alusión a lo hermoso de su existencia y lo breve de su permanencia en este plano… para retornar al cielo. Es una manera de encontrar consuelo en la metáfora…
Los psicólogos recomiendan llevar todos los pasos del duelo, aún en el caso de la muerte gestacional (cuando el bebé no llegó a nacer) y aunque los papás no llegaron a conocer físicamente a su hijo, este sí formó parte de sus vidas, de sus planes… fue su familia, de ahí la importancia de darle un nombre y un lugar en el seno familiar, es una pérdida como la de cualquier otro integrante, por eso hay que darse el tiempo que sea necesario para asimilar el dolor y lograr seguir adelante.
No hay un estándar de tiempo, cada persona tiene su propio tiempo de duelo, tratándose de la mamá es fundamental que además su cuerpo se recupere en lo físico. Es importante que esa pérdida no sea escondida, que no se vuelva un tema prohibido porque eso le dará una especie de carga emocional negativa. Ese bebé merece ser honrado, amado y recordado.
“Cada madre o padre saldrá adelante más rápido dependiendo del apoyo que tengan de familiares, amigos o compañeros. El duelo llega a su fin cuando integras en tu vida este dolor. La tristeza no desaparece, pero se reanuda la vida”.
Si la pareja así lo decide y busca un nuevo embarazo, este es reconocido como embarazo arcoíris (igual que el bebé en gestación), el cual evidentemente no será como el anterior, además de la ilusión estarán presentes el temor, la culpa, el estrés y el recuerdo del bebé que ya no está, todo es completamente normal, lo sucedido no es para menos.
Las emociones que más se presentan son el miedo y la culpa. Miedo a que vuelva a suceder, a que la mamá esté haciendo algo mal (o algo esté mal en su cuerpo), etc. Cómo enfrentarlo dependerá de cómo se haya decidido enfrentar la experiencia anterior, biológica y psicológicamante. El miedo impulsa al ser humano a la sobrevivencia, pero si dejamos que este nos controle se convierte en pánico y todo puede resultar al revés, así que cada mamá tiene la capacidad de elegir si hace del miedo un aliado o un enemigo.
Tener un bebé estrella en la familia vuelve a los papás conscientes de que la muerte es siempre una posibilidad que está ahí, que puede suceder en cualquier momento, este es un extra que les puede ayudar a tener conciencia plena de la vida.
Por otro lado, la culpa está vinculada precisamente con el hijo que no está, suele sentirse culpa por estar emocionado e ilusionado por el nuevo bebé, por sentir de nuevo amor, por creer no haber esperado lo suficiente; lo que se puede hacer es no luchar contra la emoción sino aceptarla como es y siempre desde el amor agradecer a la vida la presencia de ese bebé estrella, respetar su lugar en la familia y entender que el nuevo bebé no es ni será nunca un reemplazo, cada uno tiene su espacio y hay que entenderlo así.
El significado de este fenómeno de la naturaleza es variado, sin embargo, en todas sus alternativas está implícita la alegría, la esperanza y la renovación, de ahí que a estos bebés se les dé ese nombre. En La Biblia el arcoíris es el recuerdo del pacto que dios hizo con la humanidad de no volverla a destruir a través de un diluvio:
“Cada vez que aparezca el arcoíris entre las nubes, yo lo veré y me acordaré del pacto que establecí para siempre con todos los seres vivientes que hay sobre la tierra”.
Así que un bebé arcoíris es el que trae de vuelta la alegría, la ilusión y la esperanza a una familia que estaba en una tormenta de dolor y frustración por haber vivido una dolorosa pérdida.
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