El sueño interrumpido es uno de los mayores retos que tienen los padres con bebés recién nacidos. De acuerdo con un estudio de la Universidad de Warwick, en Coventry, Reino Unido, el descanso no se recupera hasta seis años después del nacimiento del hijo.
El psicólogo Sakari Lemola, autor del análisis, explica que las mujeres tienden a experimentar más trastornos del sueño que los hombres después del nacimiento del niño, lo que refleja que aún son más frecuentes en el rol de cuidadoras principales.
Además, los efectos de la falta de sueño fueron más pronunciados en los padres primerizos en comparación con los padres experimentados. También fueron más fuertes en la lactancia materna en comparación con las madres que amamantaban con biberón.
“Si bien tener hijos es una fuente importante de alegría para la mayoría de los padres, es posible que el aumento de las demandas y las responsabilidades asociadas con el rol de padres contribuyan a un sueño más corto y a una menor calidad del sueño, incluso hasta seis años después del nacimiento del primer hijo”, dijo Lemola.
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El sueño interrumpido en la crianza de los niños
Es normal que los bebés sanos se despierten durante la noche en sus primeros meses de vida, tienen estómagos muy pequeños y necesitan alimentarse al menos cada dos o tres horas. No tienen ciclos regulares de sueño, no saben que la noche es para dormir, es por eso que si bien duermen entre 16 y 17 horas al día, muchas veces solo concilian el sueño dos horas seguidas.
Hacer frente al sueño interrumpido y los desvelos es un gran reto para los padres. Para ayudar a que tu bebé duerma mejor sigue estas recomendaciones:
1. Juega con tu bebé durante el día, háblale, trata de extender las horas en las que permanece despierto.
2. Cuando se acerque la hora de dormir intenta no estimularlo, mantenlo calmado y asegúrate de que su espacio sea tranquilo. Sigue una rutina uniforme y tranquila para ir a la cama, eso te ayudará incluso cuando son niños mayores.
3. Coloca a tu bebé en la cama, cuna o moisés cuando esté adormilado, pero aún despierto, a fin de que aprenda a dormir solo. Lo ideal es que duerma en la habitación contigo, pero solo, en alguna estructura diseñada para el sueño infantil, durante al menos seis meses y, si es posible, hasta un año.
4. Cuando empiece a llorar espera un poco antes de levantarlo de su cama, es probable que se calme solo. Si no lo hace, no enciendas la luz y si sigue llorando verifica que no tenga algo que lo esté molestando: que esté mojado, que tenga hambre o que no se sienta bien.
5. El cuidado de tu bebé durante la noche no debe ser exagerado, no estés pegado a la cuna todo el tiempo vigilándolo.
6. El tiempo al aire libre y la exposición a la luz natural pueden contribuir a que tu hijo duerma mejor. Percibir la luz del día ayuda a los bebés a mantener los ritmos de su reloj corporal sincronizados con el entorno. También aumenta la producción nocturna de melatonina (hormona que indica al cuerpo que es hora de dormir), sube la producción matutina de cortisol, que ayuda a sentirse renovado, y también eleva los niveles de serotonina, precursor químico de la melatonina.
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El sueño interrumpido se puede combatir
Theresa Schnorbach, Psicóloga especializada en terapia cognitivo-conductual para el insomnio y científica del sueño en Emma – The Sleep Company. señala que los padres pierden tiempo de sueño, pero duermen de forma más rápida y reparadora.
Según la experta, lo ideal es que mamá y papá traten de incorporar fases de recuperación a lo largo del día en lugar de estar de pie, para ello deben implementar estrategias para adaptarse:
“La primera es cambiar tu mentalidad. En algunos casos, los nuevos padres somatizan su sueño interrumpido, es decir, hacen que las preocupaciones psicológicas tengan síntomas físicos, lo que los hace sentirse más cansados de lo que realmente están. Este puede o no ser el caso para algunos padres, pero reconocer la posibilidad ya puede ayudar a poner la situación en perspectiva y superar los desafíos”, indica Schnorbach.
Otra recomendación de la psicóloga es encontrar tiempo para hacer ejercicio, esto ayudará a superar el cansancio y mejorar la calidad del despertar. Además, cuidar de uno mismo aumenta la motivación para enfrentar los retos de crianza.
Hacer turnos nocturnos es un tip más. Por ejemplo, mamá puede cuidar al bebé de 10 p.m. a 2 a.m. y papá puede estar despierto de 2 a.m. a 6 a.m., así tendrán al menos cuatro horas de sueño cada uno.
Sigue la rutina de sueño de tu bebé, ignora el celular y las tareas de limpieza, no son la prioridad, tu sueño es lo más importante. Duerme cuando tu bebé duerma y te vas a la cama cuando tu bebé lo haga.
Medita y relájate, usa algunas técnicas de relajación o escucha música que alivie la tensión y reduzca el estrés.
Acepta ayuda, si tienes un familiar o amigo de visita, siéntete libre de pedir ayuda para tomar una siesta de energía.
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