Aún antes de su nacimiento, un bebé comienza a acumular experiencias, es por eso que, después de nacido, estar cerca del corazón de su mamá le tranquiliza, ya que el latido le infunde seguridad, la misma que experimentó durante nueve meses de gestación, o bien, el reconocer la voz de su papá le emociona y le da calma, sin embargo, ese pequeño aún tiene muchas cosas por vivir. ¿Sabes por qué es importante exponer a tu hijo a nuevas experiencias?
El cerebro de tu bebé es como un lienzo en blanco que no solo está listo para que pinten en él ¡está ávido de empezar a aprender del mundo! Esta es la mejor forma de que se comiencen a hacer conexiones entre las neuronas, de ahí la importancia de que los pequeños reciban estimulación constante a través de nuevas experiencias.
Los bebés comienzan a aprender desde el momento en que nacen. Es bien sabido que para un adecuado crecimiento y aprendizaje es primordial que crezcan rodeados de amor, atención, estímulos y cuidados adecuados, además por supuesto de una buena nutrición y correcto cuidado de su salud.
“Los primeros años de vida, pero especialmente los tres primeros, son de suma importancia para el desarrollo del cerebro. Todo lo que el niño ve, toca, saborea, oye o huele, moldea su cerebro para permitirle pensar, sentir, moverse y aprender”.
Es importante exponer a tu hijo a nuevas experiencias
Para un bebé todo lo que vive es una nueva experiencia, y sus guías son sus padres, ellos (y los cuidadores en caso de haberlos) son los responsables de hacer que cada una de esas experiencias sea en beneficio del óptimo desarrollo del menor.
Desde su llegada a este mundo, el pequeño comienza a acumular experiencias, y lo que puede parecer intrascendente comienza a marcar su memoria sensorial y afectiva, de ahí la importancia de exponer a tu hijo a nuevas experiencias. Estar cerca de su madre y ser amamantado le da seguridad, además de leche, la lactancia le ofrece tranquilidad. Las más simples expresiones de afecto como acunarlo, darle caricias y hablarle estimulan el crecimiento del cerebro, además de favorecer su desarrollo emocional. Cuando respondes al llanto de tu bebé abrazándolo para calmarlo, estás formando un sentido de confianza y seguridad.
El vínculo temprano con los adultos que lo cuidan hace que el bebé desarrolle herramientas que le ayudarán durante toda su vida, Healthy Children asevera que los peques:
- Se sienten seguros y confiados
- Le encuentran sentido a las nuevas ideas e información
- Crecen con cuerpos sanos
Además de los beneficios emocionales y neuronales que las nuevas experiencias le ofrecen al pequeño, es importante también considerar aquéllas enfocadas a favorecer sus habilidades motoras, en este sentido la Estimulación Temprana es una magnífica herramienta que puedes usar, ya que está diseñada para desarrollar los vínculos emocionales del bebé con sus padres y con su entorno, y al mismo tiempo fortalecer sus habilidades motoras, para en conjunto lograr un óptimo crecimiento y desarrollo.
Al practicar estimulación temprana, propiciarás que tu hijo desarrolle con tu supervisión y la de los especialistas, los siguientes aspectos:
- Motricidad gruesa y fina
- Sensorial
- Área cognitiva
- Lenguaje
- Desarrollo personal
- Aspecto social
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), recomienda un grupo de actividades que puedes realizar con tu pequeño de acuerdo con su edad, todas tienen como objetivo ayudar a que logre tener el mejor desarrollo en todas las áreas de su ser y están basadas en lo importante de exponer a tu hijo a nuevas experiencias:
- De uno a seis meses
- Mueve con cuidado objetos coloridos para que tu bebé los vea y trate de alcanzarlos. Un juguete casero sencillo, como un sonajero, puede llamar la atención de tu bebé por el sonido que hace.
- Sonríe y ríete con tu bebé. Pronto, verás que tu bebé te sonríe a ti también.
- Háblale y copia sus sonidos o gestos. Verás que poco a poco fijará la mirada en tu rostro y tratará de imitar lo que haces.
- Ayúdale a seguir un objeto. Cuando lo vea, muévelo lentamente de un lado a otro y de arriba abajo. Verás cómo trata de seguirlo con la mirada.
- De seis a nueve meses
- Pronuncia el nombre de tu bebé todo lo posible. Mirará para ver quién lo está diciendo y tratará de llegar hasta esa persona.
- Sonríe todo lo posible y transmite a tu bebé comodidad y confianza.
- Dale a tu hijo objetos limpios, seguros y coloridos, como cucharas de madera o boles de plástico a fin de que los utilice y los toque, les dé golpes o los tire.
- De nueve a 12 meses
- Juega al escondite con tu bebé y comprueba si sabe encontrar los objetos que tú escondes. Puedes esconder algo debajo de una manta y pedirle que lo busque. Verás cómo crece la curiosidad de tu hijo y su disposición para descubrir qué ha pasado con el objeto.
- Enseña a tu hijo a decir cosas con las manos, como “adiós”. Pronto, tratará de imitarte y dirá “adiós” con la mano él solo, creando una asociación entre un movimiento y una expresión vocal.
- Señala los ojos, la nariz y la boca de un muñeco. Después de enseñarle una de esas partes en el muñeco, señala la misma en ti y en él. Toma la mano de tu bebé y haz que toque los ojos, la nariz y la boca de la muñeca y luego los tuyos y los suyos. Poco a poco, el bebé será capaz de memorizar e identificar esas palabras y relacionarlas con las partes de su cuerpo.
- De uno a dos años
- Dale a tu hijo cosas que pueda meter en recipientes y luego sacar. Intentará sacarlas y volverlas a meter sin ayuda, lo cual es muy bueno para desarrollar habilidades de coordinación de ojos y manos.
- Aprovecha cualquier oportunidad para entablar una conversación con tu hijo, también mientras come o lo bañas o mientras trabajas a su lado. Pronto, debería comenzar a entender lo que le dices y ser capaz de seguir indicaciones fáciles.
- Observa lo que hace tu hijo y ponle nombre: “estás llenando la caja”. Le alegrará enseñarte lo que ha aprendido y ganará autoestima.
- Juega con tu hijo y ofrécele ayuda: “hagámoslo juntos. Aquí hay más piedras que podemos meter en tu caja”. Esos descubrimientos deberían hacerle feliz y aportarle más seguridad.
Introducir a tu pequeño a nuevas experiencias es tu manera de mostrarle poco a poco el mundo que le rodea, además de que le ayudará en su desarrollo. Si en algún momento percibes o te parece que sus respuestas no son o no se asemejan a las esperadas, lo más adecuado es que lo consultes con tu pediatra, él es el profesional indicado para hacer una revisión completa y decirte qué sucede o canalizarte con los especialistas adecuados.
Ahora ya lo sabes, poner a tu pequeño retoño en contacto con nuevas experiencias, siempre que estas no sean de riesgo, favorecerá su óptimo crecimiento, le permitirá aprender más del lugar en el que vive y, sobre todo, construirá entre ustedes un lazo de amor y confianza que se irá fortaleciendo con los años.
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