Los ojos son la ventana a través de la cual el ser humano puede ver todo lo que le rodea, cuidarlos es de vital importancia para evitar contraer infecciones o desarrollar alguna enfermedad que los afecte y, para conseguirlo, es esencial tener buena higiene ocular, evitando caer en exageraciones, de ahí que nos pareció interesante desarrollar el tema de las lagañas en bebés, definir bien qué son y algunas nociones básicas de cómo limpiarlas.
¿Qué son las lagañas o legañas en los bebés?
De manera natural y normal los ojos secretan una mucosidad que produce la conjuntiva, que es la membrana delgada que cubre el interior del párpado y la parte blanca del globo ocular. En el día esta se lava con una película de lágrimas al parpadear, lo cual evita que esa secreción se acumule. Ahora bien, mientras dormimos no parpadeamos y por lo que la secreción ocular se acumule en sus bordes, y al permanecer ahí se puede mezclar con la grasa que secreta el cuerpo y con células muertas de la piel, formándose así lo que conoces como lagañas tanto en bebés como en niños y adultos.
Es normal que al despertar haya un poco de secreción en los ojos, particularmente en los extremos, pero cuando algo extraño entra al ojo o en el aire hay alérgenos, la mucosidad se incrementa en respuesta y genera que haya más lagañas; cuando esta cantidad es excesiva, constante y se acompaña de otros síntomas (sensibilidad a la luz o visión borrosa) lo más probable es que ya se haya desarrollado una infección y sólo el médico sabrá qué recetar para eliminarla.
Los ojos de los bebés
Los recién nacidos y los bebés poseen unos ojos muy delicados que requieren atención especial y es muy común que se les formen lagañas. Su sistema ocular no está completamente desarrollado al nacer, por lo que es común que tengan abundantes secreciones. Para evitar que estas secreciones se conviertan en infecciones, es fundamental mantener la higiene diaria y limpiar los ojos del bebé. Son tan frágiles que incluso la más mínima presencia de suciedad o polvo puede causar irritación, e incluso una pestaña caída puede generar complicaciones.
Uno de los problemas de salud más comunes en los recién nacidos es la llamada conjuntivitis neonatal, que hasta cierto punto es algo que los médicos esperan ya que en el momento del nacimiento los ojitos del pequeñito pueden entrar en contacto con algún fluido que desencadene esta infección. Este problema puede ocasionar solo enrojecimiento de los ojos de los recién nacidos y en casos más severos, una irritación o la obstrucción de un conducto lagrimal.
La conjuntivitis (lagañas) en los bebés genera secreciones en sus ojitos, las que se pueden presentar después de algunos días e incluso hasta dos o tres semanas después del nacimiento. Los síntomas son los párpados hinchados, enrojecidos y sensibles.
La secreción ocular es algo que todos los cuerpos producen, recuerda que es normal siempre y cuando no haya alguna señal de alerta. En los bebés de más meses y los niños pequeños la conjuntivitis aguda, puede provocar dolor y picazón, que frecuentemente se acompaña de lagrimeo y secreción más abundante, que es la manera como el cuerpo intenta sanar o remediar la situación.
Lagañas en bebés: ¿cómo limpiarlas?
Cuando un bebé tiene lagañas secas en los ojos, por nada del mundo se debe tratar de abrirlos sin haberlas retirado ya que se puede ocasionar una lesión, recuerda que su piel es muy delgada.
- Debes tener las manos limpias para evitar contaminarle y provocar cualquier infección.
- Usa suero fisiológico para limpiar, aunque también puedes usar agua hervida, el suero es completamente estéril y no tendrás que esperar a que se enfríe. Puedes mojar una borlita de algodón y dejar caer dos o tres gotitas en cada ojito, sin que las de un ojo puedan llegar al otro.
- Debes tener gasas estériles, y usando una para cada ojo limpia con mucho cuidado los párpados de tu pequeño, siempre haciéndolo de adentro hacia afuera, es decir del lagrimal hacia la sien. Evita el algodón ya que por su textura puede dejar pelusitas y eso sería contraproducente.
Si los bebés tienen lagañas más espesas de lo normal o estas vuelven a aparecer aún cuando ya limpiaron sus ojitos, es necesario llevarlos con su pediatra para que indique los medicamentos y cómo deberán hacer la limpieza, así no correrán el riesgo de ocasionar una sobreinfección.
¿Qué hacer en caso de infección?
Las infecciones en los ojos son muy contagiosas y las lagañas en bebés no están excluidas.
Excepto al administrar gotas o ungüento, debes evitar el contacto directo con los ojos de tu pequeño o las secreciones, al menos hasta que haya usado el medicamento varios días y haya evidencia de disminución del enrojecimiento. Siempre debes lavar tus manos antes y después de limpiar la zona y aplicar la medicación indicada.
La Academia Americana de Pediatría (AAP) recomienda que cuando tu hijo presenta algún síntoma de conjuntivitis debes llevarlo con su pediatra tan pronto como sea posible. “Las infecciones de los ojos usualmente duran de siete a diez días. El médico hará el diagnóstico y prescribirá el medicamento necesario si es lo indicado. Nunca aplique medicamento ya usado o el medicamento de alguien más en los ojos de su hijo. Puede causar daños severos”.
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