Vivir tu primer embarazo es una experiencia única, todo es nuevo y desconocido, los temores están a flor de piel porque enfrentarse con la responsabilidad de gestar a un nuevo ser no es cosa fácil. La gran ventaja de esta etapa y de las que siguen una vez que nazca tu peque es que mamá y papá se conocen bien (en el mejor de los casos) y saben cómo actuar ante un imprevisto emocional o físico de alguno de ellos, sin embargo, esta guía básica para padres primerizos será tu mejor aliada en este bello camino del primer bebé en casa.
Esos nueve meses de embarazo no son fáciles, la futura mamá vive con estrés permanente, así que tiene cierta permisividad y aceptación en sus altibajos emocionales. Pero una vez que el bebé ha nacido todo cambia, hay tanto romanticismo idílico alrededor de un recién nacido (algo así como el “y vivieron felices para siempre” de las películas) que hace que la realidad esté un poco desvirtuada y eso es algo que se aprende de una sola forma: viviéndolo.
Aunque es cierto que cada embarazo es único y que se vive como si fuera la primera vez ninguno es como el primero, en el que enfrentas a un mundo que ni siquiera imaginabas y que te prepara para una próxima vez, si es que así lo decides.
Pero calma, si estás a punto de recibir a tu primer hijo nosotros te damos una guía precisa de lo que debes saber para pasar los primeros días de la manera más tranquila posible, aunque recuerda que es fundamental tener el apoyo de un pediatra de confianza por si llega a ser necesario.
El mejor consejo que le podemos dar a los padres primerizo: es fundamental que puedas descansar. Para que tu bebé esté bien es necesario que sus papás también lo estén, de lo contrario solo van a transmitirle su estrés y será como un cuento de nunca acabar. Depende de dónde sea el feliz nacimiento, quizá tengas una o dos noches para reponerte en cuanto al sueño mientras el pequeño es atendido en el cunero, por favor disfrútalo, porque desde la primera noche que duerman bajo el mismo techo entenderás que esa hermosa criaturita es un ser humano independiente que, en su período de adaptación a su nueva vida, podría hacerles pasar momentos de angustia ante su llanto incesante.
Como papás la responsabilidad es compartida, así que llegar a un buen acuerdo en cuanto a cómo se repartirán las tareas de la casa y sobre el cuidado del bebé les ayudará a tener un tiempo específico para descansar y reponer energía.
Sí, es su hijo y lo aman, pero eso no significa que no sea un completo desconocido que habrá de adaptarse a todo por vez primera, hasta ahora él vivía en su cálido mundo donde solo era él y los sonidos que le rodeaban. Ahora se enfrenta a una inmensidad en la que tiene que respirar, para alimentarse debe hacer un esfuerzo físico que no conocía, hay otros seres vivos de los que solo reconoce las voces; lo único familiar es eso, las voces, los sonidos, esa es la razón por la que si desean que su pequeño se tranquilice, no habrá nada más efectivo que recostarlo sobre el pecho de su mamá, de inmediato el latido de su corazón le hará volverse a sentir seguro, sabe que esa persona lo protege.
Ustedes, padres primerizos, por su parte, también enfrentarán un proceso de adaptación a compartir su hogar, su atención y su tiempo con esa nueva personita, pero recuerden que él bebé es el recién llegado y, aunque no hay que tratarlo como adulto (obvio), sí habrán de integrarlo a su sistema, no construir uno nuevo alrededor del recién nacido. Los humanos somos tan inteligentes, que aún en esos primeros días de vida podemos discernir cuando tenemos el poder absoluto en nuestras relaciones con otros, así que ¿quién llevará las riendas de tu familia?
Por mucho que avance la ciencia nunca habrá algo mejor que la leche materna para un recién nacido, salvo en los casos en los que por restricciones médicas una mamá no pueda alimentar a su bebé con su leche, siempre ha de ser así, al menos los primeros meses de vida. Y claro, como nunca antes habías producido leche no es algo que sepas hacer, pero habrás de tener mucha calma y paciencia, en ocasiones hay mujeres que tardan en poder amamantar a su hijo, a veces porque el líquido simplemente no aparece, porque el bebé tampoco ha entendido cómo debe succionar o porque el pezón no se ha adaptado a la boquita del pequeño; en todo caso hay que ser pacientes, son las primeras veces para ambos, pero el instinto está presente y saldrán victoriosos.
Desde hace tiempo hay corrientes que dicen que la lactancia ha de ser a libre demanda (cada que el niño quiere comer hay que darle) y otras que optan por establecer un horario entre toma y toma, la realidad es que cada familia elegirá lo que sea más funcional para ellos, no hay algo correcto o equivocado. Quizá hayas escuchado que los bebés no se llenan con la leche de su mamá, eso sí sucede y entonces hay que complementar con fórmula, tu pediatra es el indicado para decirte si esto es necesario y cuál es la indicada (ya que hay muchas marcas disponibles), también hay varias “recetas” de las abuelas para que una mujer produzca más leche, en realidad para que esto suceda han de presentarse dos situaciones: estimulación (a más succión más estimulación) y consumir abundantes líquidos para producir leche en abundancia.
A algunas mamás, después de los primeros días pueden aparecerles pequeñas grietas en la piel, esto es normal ya que la leche, la saliva del bebé y estar limpiando cada que hay toma, no es algo que esa delicada zona haya experimentado antes, tu médico es el indicado para recetarte el remedio que te ayudará a sanar pronto.
Si de plano tu bebé no puede sacar leche por sí solo, una ayuda excelente son los extractores, así podrías darle tu leche con mamila y alimentarlo correctamente, la lactancia le dará lo necesario para desarrollar un sistema inmune fuerte y resistente.
Este es un tema delicado, si alguien puede enseñarte a poner y quitar pañales antes de que tu hijo nazca ¡aprovéchalo! Estarás eternamente agradecido, así no estarás en blanco cuando debas hacerlo por primera vez. Nadie dice que sea una tarea grata, pero debes estar preparado, cuando los bebés acaban de nacer sus heces son muy líquidas, no olvides que solo consumen leche, así que ármate de toallitas, sé valiente y en menos de lo que piensas serás un experto cambiador de pañales.
Los pequeños crecen más rápido de lo que crees, así que no vayas a comprar muchos paquetes para recién nacido porque, a veces, estos solo los usan ¡un par de días!
Este es uno de los temores más grandes de cualquier papá, sobre todo de los primerizos: los recién nacidos son tan pequeñitos y parecen tan frágiles que da mucho miedo manipularlos, pero no te dejes llevar por eso, la realidad es que son más resistentes de lo que crees, recuerda que durante nueve meses vivió en “agua”. Solo debes tener cuidado de que la temperatura sea grata, de usar jabón hipoalergénico y de no tardarte más de lo esencial. No olvides dejar lista la ropita que le pondrás para que, después de humectar su piel, lo vistas rápido y que no sienta frío.
Tu bebé es nuevo en este mundo, por ello debes estar muy pendiente de cómo reacciona ante lo que vas introduciendo a su vida. Si de pronto tiene ronchitas o irritación quizá puede ser una reacción alérgica a los pañales, a la crema, al champú o al detergente con que lavas la ropa. Por eso te sugerimos que todo sea hipoalergénico. Como los primeros meses su único alimento es leche, difícilmente habrá una alergia por alimento, pero si le das fórmula esto puede suceder, así que pregunta a tu pediatra qué signos son los que debes vigilar para reaccionar adecuadamente en tiempo y forma.
Elige preferentemente ropa de algodón, al ser tela natural no habrá riesgo de que le cause alergia, opta por mamelucos y pañaleros de broches para que prácticamente solo envuelvan el cuerpecito de tu hijo, así no tendrás que meter nada por su cabecita ni doblar sus extremidades para ponerle la ropa. Si hace mucho frío ponerle guantes y gorro es una buena idea. Al igual que con los pañales, te sugerimos no comprar mucha ropa talla recién nacido porque la dejará más rápido de lo que imaginas.
Como con la lactancia, el tema de dónde habrá de dormir el nuevo bebé divide opiniones, algunos recomiendan que en cama con los papás, otros que hagan colecho (duermen en su cuna, pero conectada a la cama de sus papás), unos más que en su cuna independiente, pero en la habitación paterna y algunos cuantos recomiendan que en su cama y en su cuarto. Es cada pareja la que elige lo que más se adapta a su estilo y forma de pensar, solo recuerda que su camita debe estar limpia (sin juguetes, muñecos ni nada extra) para evitar accidentes, y tener un monitor será un gran apoyo para que puedas escuchar a tu bebé cuando no estés cerca de él. La ropa de cama también ha de ser hipoalergénica.
Tener un bebé es un regalo que la vida te da, si bien es cierto que el período de adaptación es un poco complicado, no se trata de algo imposible, así que relájate, ábrete a aprender lo necesario y deja que esta nueva etapa te invada y te lleve a disfrutar de la vida a través de esta fantástica experiencia.
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