Por Nayeli Rueda
Probablemente naciste en una época en la que se acostumbraba a envolver a los bebés de “tamalito” o “taquito”. Sin embargo, esta práctica ya no es muy aconsejable, pues algunos especialistas comentan que limita los movimientos de un bebé.
El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), no recomienda envolver al bebé apretando brazos y piernas porque esta postura impide el movimiento natural del cuerpo.
En tanto, Daniela Carrasco, miembro del equipo de parteras profesionales de Luna Maya, señala que esta organización tampoco lo recomienda porque va en contra de la naturaleza de un bebé.
Agrega que desde el vientre materno el tacto es uno de los sentidos que desarrolla un bebé al tocarse la cara o chuparse el dedo, y envolverlo de “taquito” es como ponerle una camisa de fuerza que “limita la interacción con el exterior y evita que conozca lo que hay a su alrededor”.
De acuerdo con la Academia Americana de Pediatría, envolver al bebé de “tamalito”, pero de manera correcta, sin apretar las piernas, puede ser una técnica eficaz para ayudar a tranquilizar al bebé y promover el sueño.
Esta práctica se hacía anteriormente y era muy conocida, pues mantiene a los bebés relajados, ya que estar apretados físicamente hace que nuestros nervios se relajen pero, ojo, solamente se debe ocupar si un bebé está muy inquieto, llorando mucho o si tiene dolor.
Para Carrasco, quien es enfermera obstetra por la Escuela Nacional de Enfermería y Obstetricia de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el hecho de que un bebé esté apretado y contenido puede ayudarle a sentirse más seguro, pero enfatiza que no necesitamos tenerlo así todo el tiempo, ya que se puede poner en riesgo al bebé.
De hecho, la Academia Americana de Pediatría señala que “enderezar y envolver las piernas de un bebé con una manta apretada puede causar displasia de cadera, una formación anormal del empalme de la cadera donde la parte superior del hueso fémur (bola) no empalma dentro del zócalo del hueso de la cadera”.
Algunas personas creen que hay que envolver al bebé para que no brinque ni se espante, pero esta expresión del cuerpo es un reflejo que tenemos los seres humanos al momento de nacer y no hay por qué preocuparse.
Según la experta Daniela Carrasco, conforme va creciendo un bebé se termina de desarrollar su sistema nervioso y estos reflejos desaparecerán, así que “no es algo que se quite envolviendo al recién nacido”.
Todos estos reflejos primarios, como sobresaltarse o mover las manos rápido, son normales e importantes. Los reflejos también forman parte del proceso de adaptación del cuerpo del recién nacido y “que un bebé los tenga significa que tiene un sano neurodesarrollo”.
En la medida de lo posible, Daniela Carrasco aconseja no envolver al bebé, sino permitirle el libre movimiento, pues eso será benéfico para su desarrollo psicomotor y neurológico y sugiere:
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