¿Te has fijado que los recién nacidos tienen sus manitas empuñadas? En los primeros meses de vida es normal que un bebé tenga sus manos cerradas. Poco a poco, conforme pasan las semanas, comenzará a abrirlas.
Las manos de un bebé juegan un papel importante para su desarrollo porque son partes de su cuerpo que descubrirán desde chiquito. “Primero las observará, luego las abrirá y cerrará, y hará movimientos como queriendo alcanzar objetos”, explica Belén Hernández Zamora, instructora en el Centro de Estimulación Kangu.
Para la licenciada en educación preescolar, aunque un recién nacido no pueda tomar objetos, si acaricias la palma de su mano, intentará agarrar tu dedo. Incluso, puede apretarlo fuertemente durante unos segundos. Este agarre que hace se conoce como reflejo de prensión palmar.
A partir del segundo mes de vida, el movimiento de los dedos todavía será limitado y sus manos todavía pueden estar cerradas formando puñitos apretados. Sin embargo, “sus manos le llamarán la atención cada vez más. Puede que pase mucho rato intentando moverlas frente a su cara donde pueda verlas. Después de muchos intentos, es probable que pueda llevárselas a la boca”, de acuerdo con la Asociación Americana de Pediatría (AAP).
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Desarrollo de la motricidad fina
Durante los primeros meses de vida, un bebé está creciendo y madurando en varios aspectos. “Si observas que no se mueve, que está rígido y firme, y no abre sus manos, debes consultar a un especialista para descartar problemas del neurodesarrollo”, comenta Belén Hernández, experta en estimulación temprana y prenatal.
Los juegos de seguimiento visual, prensión y manipulación, entre otros, ayudarán a los bebés al desarrollo de la motricidad fina.
De igual manera, para que los bebés no tengan las manos cerradas mucho tiempo, UNICEF recomienda:
- Frotar las manitas del recién nacido con tus dedos, desde el dedo meñique hasta la muñeca.
- Con el pulgar y el índice, toma uno por uno los dedos del bebé desde su base y desliza hasta la punta, dándole un jaloncito suave al final.
- Para ayudarle a abrir sus manos, frota con una brocha o toalla la base de la mano hacia afuera extendiendo su dedo pulgar.
- Si abre bien la mano, pero no puede sostener un objeto, ayúdale doblando sus dedos alrededor de éste.
- Coloca una sonaja en su mano y ayúdale a agitarla varias veces para que trate de imitar el movimiento. Cuida que no se golpee.
- Acostúmbralo a estar boca abajo algunos minutos para que rasgue o arañe las cobijas.
Estimúlalo respetando su ritmo
Conforme crece tu bebé, debes motivarlo a hacer cosas nuevas, pero siempre a través del juego y respetando su ritmo.
Al principio, cuando pueda tomar un objeto de su interés, el bebé tendrá un “agarre de rastrillo”, es decir, que va a tomar las cosas abriendo toda la mano y ocupando los cinco dedos, comenta Hernández Zamora.
Para estimular la motricidad fina y tu bebé logre agarrar en pinza, la experta te sugiere:
- Entre los cuatro y los seis meses: coloca frente a su carita juguetes que llamen su atención para que los tome con sus manos; puedes darle una sonaja para que al moverla emita un sonido.
- Entre los siete y los nueve meses: jueguen con una pelota grande y busca que la aviente con sus manos. Ofrece juguetes para pasarlos de una mano a otra e intenta que jale listones de una caja.
- Entre los 10 y 12 meses: que meta y saque objetos en una cubeta o en un bote de boca ancha. Haz que introduzca semillas en un frasco de boca pequeña. Deja jugar a tu bebé con plastilina o masa de harina.
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