“La temperatura normal de un bebé es igual a la de un adulto”, dice la Dra. Mónica Soto, médico general, egresada de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). “Se considera que está dentro del rango aceptable entre los 35.5 y 37.2°C. Los bebés al nacer tienen mucho tejido adiposo que los mantiene calentitos, es por eso que casi siempre están cerca de los 36 o 37.2°C, sin que ello represente peligro “, añade la experta.
“Se considera febrícula cuando la temperatura corporal se eleva por encima de los 37.5°C y estamos hablando de fiebre a partir de los 38°C. Cuando surja esto, de inmediato tenemos que controlar la temperatura por medios físicos para evitar convulsiones, sobre todo en menores de cinco años”, explica Mónica Soto.
Hay que tener en cuenta la zona en la que se toma la temperatura. La temperatura de las axilas, por ejemplo, no es la misma que en el recto o la boca. En las axilas siempre suele ser entre un grado y medio grado inferior, ya que la superficie del cuerpo siempre está más fresca que el interior.
Temperatura rectal: Brinda una mejor lectura, especialmente en menores de tres meses.
Temperatura oral: Muy útil después de los cuatro años.
Temperatura temporal (en la frente): Puede usarse en niños de cualquier edad, pero es inexacta.
Temperatura en el oído: Para niños después de los seis meses de edad, ya que más pequeños tienen los canales auditivos muy estrechos.
Temperatura axilar: Tomar la temperatura debajo de la axila es útil y rápido, pero tampoco es la forma más exacta.
Temperatura inguinal (ingles): Es el pliegue entre la pierna y el tronco. Se toma igual que en la axila, colocando el termómetro en la parte media y llevando la rodilla al otro lado para tener un contacto total con la piel. Este método es más fiable en las mujeres que en los hombres, pues en estos últimos los testículos pueden alterar la medición.
¿Dónde tomar la temperatura a un bebé? La Asociación Española de Pediatría (AEP) aconseja tener en cuenta la edad del niño:
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De acuerdo con Clínica Mayo, la fiebre es un aumento temporal de la temperatura del cuerpo, en general debido a una enfermedad. Tener fiebre es signo de que algo fuera de lo común está pasando en el cuerpo.
“Para un adulto, la fiebre puede ser molesta, pero normalmente no es algo que causa preocupación a menos que alcance los 39.4°C o más. En lactantes y bebés, una temperatura algo elevada puede indicar una infección grave“, dice Mayo en su artículo Fiebre, cusas y síntomas.
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Dependiendo de la causa de la fiebre, pueden presentarse otros síntomas como:
También pueden presentarse:
“Una fiebre sin causa aparente es motivo de mayor preocupación cuando se trata de bebés y niños menores de cinco años que cuando se trata de adultos”, explica Mayo.
Hay que estar muy atentos. Llama de inmediato al médico en cualquiera de los siguientes casos:
Ante la duda, consulta al pediatra si tu bebé tiene temperatura mayor a 38 grados centígrados, presenta irritabilidad, letargo, incomodidad o si tiene síntomas de resfriado, tos o diarrea.
A reserva de la indicación que te dé tu médico puedes intentar bajar la fiebre por medios físicos:
El médico te dirá qué medicamento puedes darle para bajar la fiebre, por lo regular es Ibuprofeno, pero solo él deberá indicarte la medicina y la dosis adecuada para la edad y peso de tu hijo.
Sí. A pesar de la preocupación que supone sentir a nuestros niños con temperatura alta hay que tranquilizarnos y recordar que depende de cada niño, de su edad, su actividad y del momento en el día en el que se encuentre. Por ejemplo, habitualmente es superior durante el sueño, por lo que es importante que conozcas a tu hijo e identifiques su curva de temperatura individual. Sin descartar que puede ser signo de que su cuerpo está combatiendo alguna enfermedad o infección, ten presente que todos los niños son únicos.
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