Cómo proteger a tu recién nacido en invierno

La gran emoción de tener un bebé es algo indescriptible, ante su llegada la casa se llena de alegría, de colores pastel y de ese olor inconfundible del recién nacido que hace que el corazón se inunde de ternura, sin embargo, también son muchos los cuidados que debes tener, sobre todo si tu retoño nace en un invierno tan frío como el que estamos atravesando, de ahí que queremos compartirte algunas maneras de proteger a tu recién nacido en invierno.

Con estos consejos podrás prevenir que las bajas temperaturas y otras particularidades del invierno afecten o interrumpan la felicidad y alegría que la llegada de un pequeñito genera en todos los hogares.

4 maneras de proteger a tu recién nacido en invierno

Nada hay mejor que la leche materna para alimentar a un recién nacido, así que es la mamá quien debe mantener una alimentación balanceada para que pueda darle a su hijo los nutrientes requeridos a través de su leche. Mantener el mismo régimen del embarazo puede ser lo mejor, pero recuerda que son el ginecólogo o pediatra quienes tienen la mejor opinión. Lo que es vital es que la mamá esté bien hidratada, a mayor agua consumida mayor producción de leche, además de que el agua también ayuda a que el sistema respiratorio se mantenga limpio y en buen funcionamiento, con lo que se puede reducir el riesgo de desarrollar alguna infección que, por pequeña que esta sea, recuerda que es mamá quien está en contacto más estrecho con el nuevo integrante de la familia.

Aunque existen varias corrientes con opiniones diversas al respecto, el tiempo ideal de lactancia para tu hijo lo definirán en equipo los papás y el pediatra, es básico que si tu bebé ha nacido en invierno este período se extienda al menos por cuatro meses, nada le dará más anticuerpos.

Sea o no invierno, el tema de las visitas es algo que no podrás evitar, todos tus seres queridos han esperado ansiosos el momento de conocer a tu retoño y ahora que ha nacido es muy difícil contener esa ansiedad, eso hace que muchas veces no se tomen las precauciones suficientes y hasta llega a correrse el riesgo de ser imprudentes.

Una buena opción es que, aprovechando la tecnología y las redes sociales, compartas la noticia del nacimiento a través de un mensaje con una bonita foto de tu bebé, su nombre, los detalles como el peso y las medidas que presentó, hablando un poco de cómo te sientes, agradeciendo las atenciones, los regalos y el interés de todos, pero pidiendo que esperen un tiempo prudente (lo puedes conversar con tu pediatra) para visitarlos en tu casa, no solo por el Covid-19 o la influenza sino también porque lo más importante es que ustedes como familia nuclear logren encontrar un equilibrio en cuanto a rutinas y adaptación, además no olvides que tu bebé nunca ha estado con otras personas, y menos en medio de las fiestas decembrinas, eso puede generar mucho ruido, muchas voces, muchas energías mezcladas y, en el peor de los casos, muchos virus conviviendo en un mismo espacio: tu casa.

Si de plano no puedes o no quieres evitar las visitas, lo más sensato es pedirles llevar cubrebocas mientras estén cerca de tu bebé, que se laven y desinfecten las manos y en medida de lo posible que no lo carguen. De más está decir que nadie debe fumar en una casa donde hay bebés.

En el hemisferio norte de nuestro planeta invierno es sinónimo de frío, así que es la temporada en la que más enfermedades de las vías respiratorias hay por todos lados. Tratándose de un recién nacido lo primero que debes saber es que aún no termina de desarrollarse la manera de regular de su temperatura, por este motivo es importante que su cuello y nuca estén protegidos, las cobijitas ligeras de algodón son un gran aliado, además, también puedes cubrir su cabecita con gorritos muy lindos.

Si la habitación donde el bebé permanece es fría, quizá sea necesario usar un calefactor, pero sin abusar, tampoco se trata de que si llegas a sacarlo del cuarto pase de verano a invierno en un segundo. Ten mucho cuidado con las corrientes de aire, sobre todo a la hora del baño. Cuando lo desnudes procura que el agua sea lo suficientemente caliente para que se relaje, pero, una vez más, sin exagerar. Báñalo y vístelo en la misma habitación para que no haya una variación importante en la temperatura del aire que está respirando.

La piel de los recién nacidos es sumamente delicada, incluso el frío aire de invierno le puede ocasionar severas quemaduras y resequedades, por ello, si es necesario que salga a la calle protégelo siempre de estar en contacto directo con el viento, la mejor hora de salida es entre el medio día y las tres de la tarde, que es cuando el sol está un poco más caliente.

Lo primero que debes saber es que no hay mejor ropa para él que la fabricada en tela de algodón 100%, como la de Baby Creysi, de este modo evitarás reacciones alérgicas. Debes buscar que sea suave al tacto y que no sean prendas ajustadas ya que eso puede hacer que el bebé tenga rozaduras. Para lavar toda la ropa de tu pequeñito (la de cama y la que usa) lo ideal es usar jabones neutros, sin perfumes ni suavizantes.

En lo que se refiere al cuidado específico de la piel, empieza por usar jabones hipoalergénicos y lo más naturales posibles para bañarlo, igual que la crema que uses en su cuerpo: ha de ser rica en emolientes y humectantes naturales, ligera para que no deje una capa pesada y se vuelva incómoda.

Sin afán de alarmarte, no exagero al decirte que son muchas las enfermedades que pueden atacar a tu hermoso recién nacido durante el invierno, desde una gripe hasta una bronquiolitis. Platica con su pediatra para que te diga cuál o cuáles podrían ser las señales de alarma, aunque si tu intuición te dice que algo no está bien, no dudes en ir al médico.

Es cierto que la llegada de un bebé parece poner el mundo de cabeza, pero es solo por un breve período y poco a poco todo se reorganiza y se llega a una nueva forma de llevar la vida, en la que el bebé ha de integrarse para ser un miembro más de la familia.

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