Cuando tu bebé comienza a consumir alimentos además de la lactancia materna o de la formula, te preocupa que algo le caiga mal, se enferme o sea alérgico. Uno de los padecimientos de los que cada vez se habla con más frecuencia es la alergia a la leche de vaca, también conocida como alergia a la proteína de la leche de vaca (APLV). Te decimos cómo detectarla.
“Una alergia es la reacción del sistema inmunitario a una sustancia específica (alérgeno) que detecta como extraña”, explica la National Library of Medicine. “El cuerpo humano se defiende de virus y bacterias, pero algunas veces las defensas atacan a sustancias como el polvo, el polen o incluso algunos compuestos presentes en los alimentos”, detalla la fundación Stanford Childrens Health.
Entre el 20 y 25% de la población en todo el mundo tiene alguna alergia, la cual se presenta con mayor frecuencia en los niños, según estimaciones de la Organización Mundial de la Alergia (OMA).
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¿Qué es la alergia a la leche de vaca?
Es una respuesta anormal del sistema inmunitario a la leche de vaca, a otros productos que la contienen e incluso también a leches de otros mamíferos como la cabra y oveja. “Cada vez que tu pequeño la toma su cuerpo detecta a las proteínas que la conforman como un “invasor nocivo”, por lo que se esfuerza en combatirlo, libertando sustancias químicas como la histamina, que causará síntomas como ronchas o inflamación de labios o garganta”, explica Mayo Clinic.
La doctora Sydney Greenawalt detalla que una proteína está formada de muchos aminoácidos y dependiendo de su número, será la conformación de la proteína.
“Cuando esta proteína de la leche de vaca, que por lo general es una beta-lactoglobulina, entra al cuerpo este dice: No lo reconozco. Hay principalmente una inmunoglobulina que ataca a esa proteína y junto con otras moléculas libera sustancias que van a todo el cuerpo, por eso la respuesta a esta alergia es sistémica porque se produce en todo el cuerpo, causando síntomas que van desde erupciones en la piel hasta diarrea”.
La pediatra aclara que la diferencia entre la alergia a la leche de vaca y la intolerancia a la lactosa es que en la primera está involucrado el sistema inmune.
La APLV es una de las alergias alimentarias más comunes de la infancia, ya que afecta entre el 2 y 3 % de los niños; la mayoría supera la alergia cuando tienen entre 3 y 5 años, según la Organización Mundial de la Alergia (OMA). En México se estima que entre el 5 y 7% de los pequeños presentan esta alergia durante el primer año de vida, de acuerdo con la investigación Frecuencia de alergia a las proteínas de la leche de vaca.
La leche de vaca se encuentra en la mayoría de las leches de fórmula. Los bebés suelen presentar sus primeros síntomas de alergia a la leche unos minutos o pocas horas después de tomar leche de fórmula elaborada con leche de vaca. La fundación Nemours KidsHealth advierte que los bebés amamantados tienen un riesgo menor de tener alergia a la leche que los que se alimentan con leche de fórmula.
Síntomas de la Alergia a la Leche de Vaca
Cada pequeño reacciona de manera diferente, algunos de los síntomas de la alergia a la leche de vaca son:
- Ronchas
- Sibilancias (silbidos en la respiración)
- Sensación de picazón u hormigueo alrededor de los labios o la boca
- Hinchazón de los labios, lengua o garganta
- Tos o dificultad para respirar
- Vómito.
También hay otros síntomas que pueden manifestarse después:
- Heces blandas o diarrea que pueden contener sangre
- Calambres abdominales
- Secreciones nasales líquidas
- Ojos llorosos
- Cólicos, en bebés
¿Cómo se diagnostica la alergia a la leche de vaca?
Si tienes la sospecha de que tu bebé puede ser alérgico a la leche de vaca debes llevarlo con el médico. Te hará preguntas y te explicará lo que pasa. Después de explorarlo le hará análisis de heces y análisis de sangre. En caso de confirmar la alergia, los enviará a un alergólogo (médico especialista en tratar alergias).
Una vez con el alergólogo es posible que le haga a tu bebé una prueba en la piel, que consiste en poner un poco de proteína de la leche en la piel del bebé y luego hará un pequeño rasguño sobre ella. “Si tu peque reacciona, su piel se hinchará un poco en esa área, como si se tratara de la picadura de un insecto”, detalla la fundación Nemours KidsHealth.
Tratamiento para la alergia a la leche de vaca
Para tratar esta alergia se debe de eliminar la proteína láctea. El Colegio Mexicano de Especialistas en Inmunología Clínica y Alergia (COMPEDIA) advierte que debes tener en cuenta que hay productos industrializados que contienen lactosa, caseinato, caseína o albúmina (el azúcar y las proteínas de la leche), los cuales también generan alergia.
“Para lograr el éxito en la desaparición de los síntomas producidos por la alergia a la leche es indispensable un apego estricto a la dieta de eliminación lo cual, aunque puede ser difícil al menos inicialmente, repercutirá finalmente de una manera muy positiva en la calidad de vida del paciente y sus familiares”.
Algunos de los productos que tienes que evitar si tu peque tiene alergia a la leche de vaca son:
- Leche entera, baja en grasas, descremada, suero de mantequilla
- Mantequilla
- Yogur
- Helado, cremas heladas
- Queso y cualquier alimento que lo contenga
- Mitad leche mitad crema (half-and-half)
La fundación Nemours KidsHealth alerta que la leche puede ser más difícil de identificar cuando se usa como ingrediente en alimentos procesados, como los productos horneados y las carnes procesadas. Las fuentes ocultas de leche incluyen lo siguiente:
- Suero de leche
- Caseína
- Ingredientes con el prefijo “lact” (como lactosa y lactato)
- Golosinas, como el chocolate, el turrón y el caramelo
- Polvos de proteína
- Saborizante artificial de mantequilla
- Saborizante artificial de queso
- Hidrolizados
Alternativas a la leche de vaca existen
La leche de soja ha sido la alternativa a la leche de vaca que más se recomienda, pero también hay muchas opciones disponibles. El uso de leche de frutos secos, incluyendo leches de almendras, se han vuelto cada vez más popular. La leche de arroz y de avena, al igual que la leche de cáñamo, también son alternativas viables, indica Anthony Porto, pediatra y gastroenterólogo.