La palabra suena muy extraña, más parecida a ablandar que a otra cosa, ¿pero qué le hacemos? Nuestro hermoso idioma tiene influencias de muchas lenguas, algunas muy antiguas, como el latín, de donde viene esta palabra que puede explicarse como la acción de separar de la leche. Ahora está más claro, la ablactación es el proceso de ir separando poco a poco a los bebés de una alimentación exclusivamente basada en leche (sea materna o de fórmula). Entonces, ¡adentrémonos al tema! Ablactación: qué es y cómo iniciarla.
Durante los primeros meses de vida, un ser humano obtiene todos los nutrientes que su cuerpo requiere de la leche de su madre, hay casos en los que puede tomar leche de una nodriza (otra mujer) que sigue siendo leche materna, y otros más en los que se hace necesario complementar su alimentación con leche de fórmula, o bien, tomar solamente esta última; en cualquiera de los casos, hacia el medio año de vida la leche ya no es suficiente y si deseas que tu hijo crezca con una nutrición balanceada es vital que es esta etapa comiences a introducir alimentos sólidos (y variados) a su dieta, es decir, que comience la ablactación.
¿En qué momento se inicia la ablactación?
Las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) son muy claras: introducir alimentos complementarios seguros y nutricionalmente adecuados a partir de los seis meses, continuando la lactancia materna hasta los dos años o más.
El primer aspecto importante de la ablactación es que no propone de ninguna manera el destete (retirar la leche al menor), se trata de mantener la alimentación láctea e irla complementando con alimentos sólidos para gradualmente llegar a comer de todo, por eso también se le llama alimentación complementaria. En ningún momento la intención es suprimir la leche materna, por el contrario, está más que comprobado que no puede haber nada mejor para los pequeños, lo fundamental es saber que en el primer año de vida el alimento básico es la leche, simplemente hay que aprender a complementarla, no pretender sustituirla.
“Los niños y adolescentes que fueron amamantados tienen menos probabilidades de padecer sobrepeso u obesidad. Además, obtienen mejores resultados en las pruebas de inteligencia y tienen mayor asistencia a la escuela”.
Así que el tema de cuándo dejar de amamantar a tu pequeño es una decisión que les corresponde tomar a ustedes como padres, con el consejo del pediatra, aunque a veces los pequeños son quienes marcan la pauta, sin embargo, debe comenzarse la ablactación en algún punto.
Ablactación: qué es y cómo iniciarla
El Dr. Guillermo Scorza Rojas, presidente de la Sociedad Médica del Hospital Ángeles de Querétaro, en una entrevista para el portal del Hospital Ángeles en México dijo que: “lo más recomendable es comenzar con la ablactación entre el cuarto o quinto mes, edad en la que el aparato gastrointestinal es lo suficientemente maduro para que los nutrientes de los alimentos sean bien aprovechados; también a esa edad el cuerpo del bebé ya ha madurado el reflejo de deglución y puede sostener su cabecita erguida y mantenerse sentado aunque sea con apoyo”.
Importante, la introducción de alimentos a la dieta de tu hijo (ablactación) debe ser guiada y supervisada por su pediatra, y como en todos los casos, cada médico tiene un sistema que ha desarrollado a través de su trayectoria, algunos inician en el mes cuatro con jugos, otros pueden iniciar con verduras, otros proponen empezar con una verdura mientras otros con fruta; la realidad es que todos están en lo correcto, son sistemas que ellos han comprobado que funcionan con sus pacientes, todo es en función de la escuela que el doctor sigue. Así que como sea que tu médico vaya agregando alimentos a la dieta de tu bebé, puedes estar seguro de que le hará bien.
¿Qué alimentos son adecuados para el bebé?
La idea es comenzar de a poco la ablactación, para que cuando el pequeño cumpla su primer año pueda comer ya de todo, algunos estudios afirman que justamente al año la leche deja de ser la base de la nutrición del niño, así que por ello ya debe estar habituado a comer, al menos, los principales alimentos de cada grupo. Te comparto algunos ejemplos:
- Verduras
Chayote, calabaza, zanahoria, chícharo, acelga, espinaca, jitomate, repollo, espárragos, berenjena, apio, brócoli, etc.
- Frutas
Manzana, pera, plátano, durazno, papaya, mango, melón, uva, sandía, aguacate, melón, piña, guayaba, mandarina, naranja, etc.
- Cereales
Papa, avena, arroz, trigo, cebada, amaranto, centeno, galletas, pan, pastas, yuca, tortilla, etc.
- Proteínas
Pescado, pollo, res, cordero, almendras, lentejas, frijol, garbanzo, huevo, nuez, hígado, soya, leche entera, pavo, queso, etc.
Recuerda, en la ablactación, el modo en que irás introduciendo cada nuevo sabor y textura solo puede ser indicado por tu pediatra, él sabe qué va primero y por cuánto tiempo, qué cantidades ofrecer y por cuánto tiempo, cuándo darle algo crudo y cuándo cocido, qué es mejor dejar para el final por la posibilidad de desarrollar alguna alergia, no quieras nunca correr antes de tener un paso firme caminando, el estómago de tu hijo poco a poco se irá habituando.
Y lo más importante, el pequeño marcará la pauta de elegir qué le gusta y qué no, aunque debes saber que al inicio rechazará todo (o casi todo) así que calma, no es una carrera sino un proceso de enseñanza-aprendizaje, en donde tú habrás de ser ejemplo de paciencia y resistencia y sobre todo mucho amor. Lograr que tu hijo tenga una dieta variada, equilibrada y nutritiva te hará sentir que al final, vale la pena cualquier esfuerzo.
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