Parecen inofensivas y algunas son muy extendidas entre las mamás y papás de antes, pero ahora sabemos que hacen mucho daño. Estas son seis prácticas que no deberías hacer con tu bebé por ningún motivo.
Por favor, evítalas
Prácticas que NO deberías hacer con tu bebé
- Sacudirlo. ¡Por ningún motivo sacudas a tu bebé! Esto es maltrato infantil y podría provocar daño cerebral. De acuerdo con la Clínica Mayo, “el síndrome del bebé sacudido destruye las células cerebrales del niño e impide que el cerebro reciba suficiente oxígeno”. Aunque aparentemente moverlo bruscamente no muestre lesiones físicas en su cuerpo, pueden mostrar agitación o irritabilidad extrema, dificultad para permanecer despierto, problemas respiratorios, vómito, palidez o color azulado en la piel o convulsiones.
- Ponerle talco en cada cambio de pañal. Los tiempos en los que se le ponía talco al bebe al cambiarle el pañal son cosa del pasado. No agregues este producto a su piel porque se trata de un mineral que se obtiene obtenido de depósitos subterráneos, en donde también se pueden encontrar otras sustancias, como el asbesto, con el riesgo de contaminación cruzada (aunque sea sometido a un proceso de purificación y mezclado con perfumes). Además, los pediatras coinciden que el riesgo de que el pequeño inhale o aspire el talco, podría provocarle tos y problemas respiratorios. El Dr. Reynaldo Ramírez Castillo señala que también puede provocar resequedad excesiva en la piel, tapar los poros, inflamación vaginal en las niñas, ingesta accidental, asfixia, intoxicación por inhalación e infecciones de la piel por hongos y bacterias. La forma de prevenir irritaciones en la piel de los bebés es el cambio frecuente de pañal.
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- Arroparlo exageradamente. Cuando hace frío, hay que abrigar al bebé y a los mayorcitos, por supuesto, ¡pero de forma adecuada! Esto significa que la ropa –o las capas de prendas– con la que los vistas no deben hacerlos sudar. La sugerencia es ponerles únicamente una prenda adicional a la que traen mamá y papá, dice el neumólogo pediatra Amaury González Molina, del Centro Médico ABC Santa Fe. Eso sí, los muy chiquitos deben mantener tapada cabeza, manos y pies. En niños más grandes, con una chamarra es suficiente. Un tip para darte cuenta si lo estás haciendo bien o no es tocar a tu bebé; si se siente muy caliente, está demasiado abrigado. Y si los grandecitos se quejan de calor, ¡quítales el exceso de abrigo!
- Meterlo a una andadera. La andadera, por allá de los años 70’s y 80’s, era uno de los aditamentos favoritos de las mamás, pues era muy fácil poner al bebé para que se mantuviera entretenido mientras ellas hacían sus labores. Además de que argumentaban que los ayudaba a practicar su incipiente caminata. Sin embargo, según Acta Pediátrica, en algunos estudios se ha encontrado que su uso propicia retraso en el gateo y no hay diferencias significativas para lograr que los bebés que la usen caminen antes. Además, los pequeños con experiencia en andadera tuvieron menor puntuación en la Escala de Bayley de desarrollo mental y motriz. Otro punto en contra son los accidentes que pueden provocar: la mayoría de las lesiones que sufren los bebés que las han usado son caídas por las escaleras, de las cuales se derivan traumatismo craneoencefálico no grave, contusiones, fracturas de cráneo, fractura de antebrazo, subluxación dental y hematomas extradurales. Pero si insistes en usarla, recuerda que no deben utilizarse antes de los seis meses ni dejar que el pequeño permanezca por más de dos horas. Todo esto debe hacerse bajo vigilancia. Y, por favor, ¡jamás permitas al bebé que entre a la cocina!
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- Envolverlo de forma apretada. La típica envoltura de “taquito” es como ponerle una camisa de fuerza al bebé y podría lastimar su cadera. Si vas a envolverlo, hazlo de forma correcta, recomienda la Academia Americana de Pediatría, es decir, sin apretar sus piernas. Envolverlo puede ser una técnica eficaz para ayudar a tranquilizarlo y promover el sueño, pero no dejes de lado la posibilidad del libre movimiento.
- Ofrecerle tés o infusiones. ¡Nada de manzanilla, tila o hierbabuena como remedio o agua para tomar! Podrías pensarlo después de los cuatro años de edad de tu pequeño, pero antes, no, ya que corre el riesgo de sufrir hepatotoxicidad (que su hígado se vea afectado, ya que aún no pueden metabolizar correctamente los principios activos de las plantas), señala el informe Hepatotoxicidad y consumo de productos de herboristería en la población pediátrica, realizado por diversos hospitales de España. No por ser “naturales”, los tés o infusiones son inocuos; y en cambio sí pueden ocasionar efectos adversos. Pregúntale a tu pediatra.
¿Te suenan estas prácticas que no deberías hacer con tu bebé? Ok, “sobreviviste”, pero tu peque podría no tener la misma suerte. ¡Mucho ojo con estas acciones!
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