Por Nayeli Rueda
Eso de que “mucho músculo y poco cerebro” es mentira. El cerebro es un órgano que necesita que el cuerpo se ejercite “para fortalecerse y desarrollar nuevas conexiones neuronales”, explica el doctor Luis Delgado Reyes, académico e investigador de la Facultad de Medicina, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
El cerebro, al igual que el corazón y los pulmones, forma parte de los tres órganos vitales. El corazón es el que bombea sangre al cerebro y los pulmones son los que oxigenan esa sangre. Pero, ¿cómo lograr fortalecer y mantener sano nuestro sistema nervioso central?
De acuerdo con el neurocirujano Delgado Reyes, si la mujer embarazada consume frutas y verduras, así como alimentos ricos en calcio, hierro y ácido fólico, entre otros, desde la gestación el cerebro del feto comenzará a crecer y a desarrollarse favorablemente.
Su desarrollo en los primeros años de vida
El cerebro de un recién nacido crece muy rápido. Puede pesar 300 gramos, y al año, triplicar su peso. Esto es normal y muestra que se está desarrollando de manera importante, ya que al nacer hay 100 mil millones de neuronas que se conectan entre sí para crear una sinapsis, “pero si el cerebro del bebé no recibe estímulos, no habrá comunicación entre las neuronas”, explica Delgado Reyes.
De acuerdo con la investigación La primera infancia importa para cada niño, de UNICEF, en los primeros años de vida, la velocidad y la complejidad con que se establecen las conexiones neuronales es única. El ritmo al que se producen es al menos de mil conexiones por segundo. Aunque datos más recientes indican que la velocidad podría ser de hasta un millón por segundo.
El documento señala que las conexiones que se crean en los primeros momentos de vida, influyen en las partes del cerebro que controlan las habilidades visuales, auditivas y lingüísticas del niño. “Este periodo prolífico de desarrollo neuronal cumple un papel decisivo en la capacidad que tiene el niño para aprender, hacer tareas, adaptarse a los cambios y demostrar resistencia en situaciones difíciles”.
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Hábitos para fortalecer y mantenerlo sano
Delgado Reyes recomienda fomentar hábitos saludables en la familia para que el cerebro de las niñas y los niños esté fuerte y sano, no solo en la primera infancia, sino durante toda su vida. Y esto los adultos también podrían ponerlo en práctica.
- Hacer ejercicio. La actividad física ayudará a niños y adultos a tener una buena memoria y a mejorar su capacidad de aprendizaje y función cognitiva. Además, el ejercicio libera sustancias en el cerebro, como la dopamina y la serotonina, que hacen que una persona se sienta relajada y tenga una sensación de placer. Se recomiendo hacerlo todos los días.
- Seguir una dieta saludable y variada que incluya los diferentes nutrientes. Es una buena idea ir acostumbrando el paladar de un bebé a todos los sabores, a que consuma frutas y verduras, pescado, leguminosas, etc. “Los sabores amargos provocan repulsión en los niños, por eso hay que dárselos poco a poco para que vaya aceptándolos”.
- Proveer de estimulación. Para que el cerebro de un bebé crezca estructuralmente necesitará de diversos estímulos del medio ambiente y táctiles, así como de la música y de juguetes acordes a su edad; pero, ojo, no hay que saturarlos.
- Aprender otro idioma. Si un bebé aprende su lengua materna y otro idioma, a la edad de cinco años su capacidad de aprendizaje será mucho mayor que la de un adulto, ya que se favorece la plasticidad del cerebro.
- Jugar. El juego es una de las formas en la que el niño irá aprendiendo, además de que se estimularán todas las áreas del cerebro.
- Limitar o evitar alimentos azucarados como el refresco y jugos procesados, ni papas y frituras.
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