Una de las principales preocupaciones de todos los padres de familia, y no en uno sino en varios momentos de la vida, es si están cumpliendo bien su función de papá o mamá, lo cual es perfectamente comprensible si se toma en cuenta que nadie nace sabiendo serlo ni tampoco existen escuelas donde haya una carrera universitaria que otorgue un título en paternidad o maternidad, así que uno se sube al tren e intenta seguir lo que cree mejor para los peques; entonces te enredas en un sinfín de grupos de padres en las redes sociales sin que te quede claro si son útiles o si son perjudiciales…
Ante esta inquietud constante hay quienes buscan apoyo en sicólogos, pedagogos, maestros escolares y por supuesto en otros padres. Compartir entre quienes viven situaciones y experiencias similares es una ayuda excelente, en cualquier caso, de ahí el éxito de los grupos de apoyo que existen en diferentes áreas, por ejemplo, los de personas que tienen en común alguna enfermedad crónica.
Los grupos de padres no son algo nuevo, existen desde hace varios años, sobre todo dentro de ambientes escolares o en referencia a la salud y bienestar de los menores: sociedades de padres de familia, papás de una asociación deportiva, padres de niños con cáncer, etc.
Los grupos tienen un común denominador a los integrantes del mismo, es decir, que todos comparten algo y de ahí que puedan apoyarse en sus experiencias.
De acuerdo con la Clínica Mayo, “un grupo de apoyo de padres en redes sociales es un grupo entre personas con experiencias compartidas que puede funcionar como puente entre las necesidades médicas y las emocionales; brinda una oportunidad para que las personas compartan experiencias y sentimientos personales, estrategias de afrontamiento o información directa sobre enfermedades o tratamientos”.
¿Qué opinan los papás de los grupos de padres?
Depende del grupo y su uso. Para Carmen Arteaga, mamá de una niña de 10 años, los grupos son útiles para dar a conocer anuncios y anuncios oficiales, pero cuando se usan para el envío de memes, chistes, videos o cosas ajenas a la escuela pueden llegar a ser muy molestos. “No hay nada peor que estar ocupada trabajando y que te lleguen decenas de notificaciones del grupo con información intrascendente, mensajes de buenos días, frases o cosas por el estilo”, indica.
Teresa García, mamá de Javier, de 8 años, y de Ernesto de 4, coincide en que bien usados son positivos: “Creo que son útiles, para aclarar fechas, ponerse de acuerdo en los trabajos de los hijos, si pasa algo ponerlo en conocimiento de los profesores. Mal usados, por ejemplo, para criticar, son espantosos”.
“El problema con los grupos, de What´sApp, Telegram, Facebook, Edmodo o alguna otra plataforma es que también puede llevar a malas interpretaciones, me ha pasado que la indicación es una y cada quién lee lo que quiere. ¡Y cuando piden las tareas! Está bien que en alguna emergencia se usen para tal efecto, pero conocí a una mamá que TODOS los días pedía la tarea de su hija. ¿Qué la niña no apuntaba? No solo es molesto sino perjudicial para los niños”, dice Sandra Mendoza, mamá de Miguel, de 6 años.
Grupos de padres en redes sociales: ¿útiles o perjudiciales?
Un grupo de apoyo funciona para cualquier situación, no necesariamente en caso de alguna enfermedad, también en otro tipo de circunstancias, como es el caso de padres con chicos de las mismas edades, por ejemplo.
Este tipo de grupos en los que los integrantes comparten un interés en común tienen funciones y aplicaciones que en ocasiones no son muy claras, pero que en la práctica se van descubriendo:
- Conocer o convivir con personas que viven o tienen experiencias similares ayuda a tener un equilibrio emocional ya que puede ser muy tranquilizador, ya que ayuda a entender que las reacciones ante una crisis son algo normal en determinadas situaciones, también hay otros pasando por lo mismo y pensando o sintiendo de forma muy parecida.
- Brindan información y nuevas perspectivas sobre el tema, ya que al haber personas con distintas maneras de ver y entender la vida se comparte una gran cantidad de información y distintas perspectivas de una misma situación, lo que puede ayudar a encontrar distintos caminos o posibilidades ante alguna determinada crisis.
- Ayudan a normalizar determinadas situaciones.
- Se convierten en una especie de apoyo emocional, ya que al saber que no soy el único que siente o vive lo mismo, me siento comprendido.
Hoy en día, dado el auge de la convivencia que se da a través de las redes sociales, cada vez son más los grupos de padres que hay al alcance de un solo clic. A primera vista esto puede ser un alivio para un papá o una mamá desesperados por una determinada situación pero, ¿es así de simple? Quizá no, porque al final el mismo riesgo que corren los menores al aventurarse a navegar en internet lo corre cualquier persona, el anonimato que permiten las redes sociales son un punto que ninguno de nosotros debe pasar por alto, como decía mi bisabuela, no todo lo que brilla es oro.
Claro, si el grupo es de los padres de una misma comunidad escolar es poco probable que haya algún inconveniente, pero si es un grupo masivo, ¿qué control o seguridad puede haber? Es imprescindible que antes de unirte a un grupo investigues acerca de quien lo creó y lo coordina o controla, porque si lo buscas por ejemplo para acceder a información confiable, pues lo mejor es que estés seguro de que así es, que verifiques que quien ofrece dicha información es una voz calificada.
Grupos ordenados y disciplinados
La función de un grupo en redes sociales es tener un lugar en donde todos los integrantes tengan acceso a una misma información que es de interés para todos, sin embargo, debe haber reglas, de lo contrario se corre el riesgo de que se convierta en un sitio donde cada uno hable de lo que quiera y del modo que desee, lo que puede llegar a ser molesto.
La Corporación de Radio y Televisión Española, Sociedad Anónima, S. M. E (rtve.es) ha compartido un decálogo para padres en WhatsApp, con objetivos bien definidos y que promueve el respeto por cada uno de sus elementos, por lo que es perfectamente aplicable a cualquier grupo de padres de familia en cualquier red social y país, por lo que, con base en su decálogo te comparto estos 10 consejos:
- Información sí, chismes no. El grupo de padres es muy útil para intercambiar información, no para difundir chismes y noticia falsas.
- Responde solo si aportas algo. No tienes que contestar a todo lo que ahí se escribe con emoticones o repitiendo las mismas frases. Se pierde el sentido de la pregunta o información compartida.
- Verifica lo que vas a enviar. Lo que a ti te gusta no le tiene que gustar a todos los demás.
- Piensa dos veces antes de escribir. No escribas algo que no dirías en persona y ten en cuenta que la palabra escrita puede ser fácilmente malinterpretada.
- No critiques, insultes, difames o calumnies a nadie. Si surge algún problema con algún miembro del grupo, escríbele directamente a su número.
- Respeta la privacidad. No compartas contenidos que vulneren la privacidad de nadie o que pudieran ser ofensivos para otros.
- No ridiculices a nadie dentro del grupo de padres. Evita los comentarios que dejen en ridículo a otros miembros del grupo. Evita temas relacionados con religión, creencias o política. Estos temas suelen ser muy sensibles.
- Mantén tu identidad. No permitas que nadie responda en tu teléfono, haciéndose pasar por ti.
- No agregues a nadie sin antes consultarle si quiere formar parte del grupo. Para algunas personas es muy molesto estar recibiendo notificaciones constantemente.
- Usa tu propio criterio. No todo lo que se dice en el grupo es cierto. Lee, evalúa y expresa tu opinión. Y si hace falta, tu inconformidad.
En definitiva, un grupo de padres puede ser un excelente apoyo para sentir y saber que no estás solo, que hay muchos más que tienen las mismas dudas e inquietudes que tú, pero es imperioso que antes de unirte a uno, estés completamente seguro de que se trata de personas serias, responsables y maduras, que están siendo coordinados por alguien con las mismas características.
La paternidad no es algo sencillo de llevar, es importante dejarte guiar por tu sentido común, ante una crisis hablar con el médico de tu hijo, con un sicólogo o un pedagogo, que son profesionales y pueden darte su opinión experta más allá de lo que podrías obtener de un grupo de padres en redes sociales.
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