¿Como papás primerizos tienen idea de cómo va a ser el encuentro con su bebé? ¿Qué será lo primero que esa cosita chiquita haga? ¿Qué debo esperar de mi bebé recién nacido? Esta guía rápida para papás primerizos se convertirá en tu aliada durante esa primera etapa.
¿Cómo se ve tu recién nacido?
Nuestra imaginación nos lleva a la imagen de un bebé regordete, rosadito y sonriente, pero la realidad nos golpea con una criatura diminuta y mojada cuando acaba de nacer. Su cabeza será ligeramente puntiaguda como resultado de su paso a través del canal de parto. Esto es solo temporal: la cabeza tomará un aspecto redondeado en los siguientes días. Y también es de sorprender que la cabeza de tu recién nacido sea muy grande en comparación con el resto del cuerpo.
Es posible que tu bebé se vea “comprimido” ya que sus piernas y brazos, las rodillas y los codos estuvieron doblados mientras estaba en el útero. Después de meses de crecer en un espacio tan estrecho es lógico que tarde en estirarse. Las extremidades se enderezan y alargan conforme crece.
Fíjate en los diminutos dedos de las manos y pies de tu bebé; checa que sus uñas son delgadas como el papel; y a veces largas.
Guía rápida para papás primerizos
La piel de tu bebé puede verse de varias maneras. Al principio se ve un tanto roja o púrpura. Algunos bebés nacen con una capa blanca que protege su piel del líquido amniótico en el útero. Otros bebés nacen muy arrugados. Y algunos, especialmente los bebés prematuros, tienen lanugo, un pelo fino que se desarrolla mientras están en el útero.
Los sarpullidos y las manchas blancas son también comunes en los recién nacidos y desaparecen en los primeros días o semanas después del nacimiento de tu bebé.
Los recién nacidos pasan su primera semana de vida adaptándose a su nuevo entorno.
El mundo exterior es muy diferente al del vientre materno, donde no hay luz, la temperatura es constante y el ruido está amortiguado. Ayuda a tu bebé a acostumbrarse al mundo exterior dándole calor, cariño, seguridad, atención y muchos mimos y sonrisas.
Recuerda, el aspecto de tu bebé cambia dramáticamente en las siguientes semanas conforme crezca. Pero hay otras cosas a las que hay que poner atención; son muy normales en los bebés.
Qué debo esperar de mi bebé recién nacido: La postura
Durante las primeras semanas notarás que gran parte del tiempo tu bebé tendrá los puños cerrados, los hombros curvados, la cadera y las rodillas flexionadas, y los brazos y las piernas cerca del cuerpo. Esta posición es similar a la posición fetal durante los últimos meses del embarazo. Cabe mencionar que los bebés prematuros pueden presentar varias diferencias en su postura, su aspecto físico, su actividad y su comportamiento si se los compara con los bebés nacidos a término.
La mayoría de los recién nacidos mantienen la postura que tenían en el útero: los brazos y las piernas están flexionados y contra el cuerpo. Las manos suelen estar firmemente cerradas y tal vez te resulte difícil abrírselas porque al tocarlas o colocar un objeto en la palma, el bebé reacciona con un fuerte reflejo de prensión.
No te preocupes si las piernitas de tu bebé se ven curvadas o torcidas. Recuerda que esa fue su posición normal durante los últimos meses del embarazo. Si quieres, puedes mover las piernas y los pies de tu recién nacido a la posición de “caminar” pero el bebé solito lo hará de manera natural a medida que comience a soportar su propio peso, para después caminar, marchar y correr, lo que sucede en sus primeros dos a tres años de vida.
Qué debo esperar de mi bebé recién nacido: Los reflejos primitivos
Los bebés nacen con una serie de respuestas instintivas a los estímulos, como la luz o el contacto. Estas respuestas reciben el nombre de reflejos primitivos y su presencia nos confirma que ciertas partes del sistema nervioso central están funcionando correctamente. A medida que el sistema nervioso madura, con el tiempo, los movimientos voluntarios son más controlados y dominan a los involuntarios y los reflejos primitivos desaparecen gradualmente a medida que el bebé madura. Los siguientes son algunos de estos reflejos:
- Reflejo de succión, que hace que un bebé succione con fuerza cualquier objeto que se coloque en la boca. Como es lógico, este reflejo es muy importante para la alimentación de tu pequeño. Desaparece alrededor de los 4 meses de vida; a partir de entonces, la succión es un mecanismo voluntario.
- Reflejo de presión, que hace que el recién nacido cierre con fuerza los dedos cuando se aplica presión en la parte interna de la mano con un dedo u otro objeto.
- Reflejo de Moro o respuesta de sobresalto, que hace que el bebé mueva los brazos repentinamente hacia los lados y los vuelva a llevar rápidamente al centro del cuerpo cada vez que se sobresalta con un ruido fuerte, una luz intensa, un olor potente, un movimiento brusco u otro estímulo.
- Reflejo tónico asimétrico, que permite que, al girar la cabeza hacia un lado, el brazo de ese mismo lado se extienda y el lado contrario se flexione.
- Reflejo de Babinski, que, al estimular el borde externo de la planta del pie, el dedo gordo se mueva hacia arriba y el resto de los dedos se abran como en abanico.
- Reflejo de marcha automática, que hace que, al sostener a tu bebé por el tronco, busque apoyar sus pies en una superficie y “dar algunos pasos”.
- Reflejo de paracaídas, que aparece alrededor de los 6 meses y nunca desaparece. Si inclinamos el cuerpo lateralmente, buscamos colocar las manos sobre la superficie.
Además, debido a la inmadurez del sistema nervioso que se encuentra en desarrollo, los brazos, las piernas y la barbilla del bebé tal vez tiemblen o se sacudan, especialmente cuando lloran o están agitados.
Qué debo esperar de mi bebé recién nacido: El sueño y la respiración
Durante las primeras semanas, los bebés pasan la mayor parte del tiempo durmiendo. Si tomas algún tipo de analgésico o anestesia durante el trabajo de parto, tu bebé va a estar muy somnoliento durante los primeros dos días de vida.
Muchos padres primerizos se preocupan por el patrón de respiración de su bebé recién nacido, sobre todo por la mayor atención que se ha prestado al síndrome de muerte súbita, o muerte de cuna, del lactante (SMSL) en los últimos años. Quédate tranquila porque es normal que los recién nacidos respiren de manera algo irregular.
Cuando tu bebé está despierto, su frecuencia respiratoria puede variar considerablemente; a veces podría respirar más de 60 veces en un minuto, especialmente si está molesto o después de un ataque de llanto. También es común que deje de respirar durante aproximadamente 5 a 10 segundos y después comience de nuevo su ciclo de respiración. Este cambio es normal, recibe el nombre de respiración periódica y es más común durante el sueño, sin embargo, si tu bebé se pone azul o deja de respirar durante más tiempo, entonces considéralo una emergencia y comunícate inmediatamente con tu pediatra o llévalo a una unidad de urgencias médicas.
Las fosas nasales de los bebés son estrechas; una pequeña cantidad de moquitos y líquido nasal hacen que respiren ruidosamente y parezcan congestionados, sin estar resfriados o tengan otro problema. Tu médico te podría recomendar usar gotas de solución salina y una perilla de goma para ayudar a despejar las fosas nasales si fuera necesario.
Los estornudos también son comunes en los recién nacidos. Se trata de un reflejo normal y no se deben a una infección, alergias u otros problemas.
Tu bebé no hablará hasta mucho más adelante, pero producirá una gran variedad de sonidos, especialmente chillidos agudos además del llanto obligado. Como ya mencionamos, los estornudos y el hipo son comunes y no son señales de infección, alergias ni problemas digestivos.
Pérdida de peso
Es normal que tu bebé pierda algo de peso durante los primeros cinco días después de su nacimiento. Esto ocurre al perder el exceso de líquido, ya sabes, esa hinchazón generalizada. Esta pérdida de peso no debe ser superior al 10% de su peso al nacer. La mayoría de los recién nacidos recuperan su peso al cabo de una o dos semanas.
Tu recién nacido está aprendiendo mucho mientras pasan tiempo juntos cada día. Su cerebro crece y se desarrolla mientras ve, oye, huele y toca el mundo que le rodea.
Puedes comunicarte con tu pequeño utilizando tu voz, tacto, vista y olfato. Las caricias suaves, los abrazos, las sonrisas y las miradas transmiten información importante sobre el lugar que ocupa en el mundo y le ayudan a sentirse seguro y protegido a tu lado.
Durante estos primeros días, también empezarás a saber cómo se comunica tu bebé contigo utilizando sus señales y el lenguaje corporal.
Empezarás a construir un vínculo afectivo al responder siempre a las necesidades de tu peque con amor, calor y cuidados. Y este vínculo es vital para todas las áreas del desarrollo de tu hijo, incluido el desarrollo cerebral.
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