Por supuesto que ya levantaste la ceja y te viene la duda de si un niño debe aprender a ser curioso y si además de todo hay que estimular la curiosidad. Y seguro me estarás diciendo conforme lees: “pero si es que los niños nacen curiosos, se la pasan metiéndose todo a la boca, explorando su mundo; no puedo evitar que mi pequeño agarre, toque, golpee, muerda y babee todo lo que pueda alcanzar, etc., etc., etc. Y sí, pero con todo y eso, te diré cómo estimular la curiosidad en los niños.
Desde que nacemos, todos estamos tratando de entender el mundo que nos rodea. Y seguimos buscando respuestas incluso ya que nos convertimos en adultos porque siempre hay algo nuevo que conocer y aprender. Al menos eso es lo que deberíamos hacer.
Pero cada vez más y a más temprana edad, sentamos a nuestros niños frente a la tele y pantallas: tienen juegos de vídeo, tabletas y computadoras en sus manos. Por alguna razón, el tiempo libre para indagar se volvió “malo” y el entretenimiento constante se volvió “bueno”. Piensa en la versión adulta de esto. ¿Qué haces si te quedas solo en una sala de espera sin revistas, televisión y sin batería en tu celular? ¿Aún sabes cómo ocupar tu tiempo? ¿O tu mente?
Te puede interesar: Consecuencias del aumento en el tiempo de pantalla en los niños
Necesitamos dar un paso atrás para estimular la curiosidad
Si no le damos tiempo a nuestros pequeños para que exploren su mundo desde temprana edad, ni siquiera podrán recordar cómo ser curiosos porque nunca lo fueron.
Nuestro estilo de vida dependiente de dispositivos de entretenimiento nos permite ser intelectualmente autosuficientes. Tenemos todo lo que necesitamos en la palma de la mano, entonces, ¿por qué tendríamos que desarrollar nuestra mente para pensar en una forma diferente de hacer algo o poder generar una opinión a través de nuestra experiencia?
Te recomiendo: Maneras de calmar a niños sin usar pantallas
El desarrollo de la curiosidad le ayuda a un niño a estar dispuesto y ser capaz de crecer, aprender, cuestionar continuamente lo que le rodea y a implementar una imaginación y un sentido de la creatividad que les proporcionará las herramientas básicas que necesitan para convertirse en adultos exitosos.
Vivimos en un mundo en el que el hipercompetitivo entorno educativo nos centra en el conjunto de habilidades “duras” en el aprendizaje de nuestros hijos: lectura, escritura, matemáticas, ciencias… pasando de largo las habilidades “blandas” como la curiosidad y la creatividad, que serán de gran utilidad en el mundo real.
En pocas palabras: un niño que no desarrolla su curiosidad no va a ser un adulto innovador. La curiosidad es importante para los pequeños, pero para cuando se gradúen de la preparatoria, esta habilidad será necesaria para poder sobresalir en la universidad y en su carrera profesional.
Más razones:
- Contrarresta el aburrimiento. Se dice que el 90% de los problemas en que se meten los niños comienza con el aburrimiento. La curiosidad bien estimulada les da la capacidad de “no entretenerse (no tabletas, teléfonos, tele)” sin incidentes. Si tu hijo llora y se porta mal cuando mamá o papá salen, puede deberse a que depende demasiado de ustedes y tus dispositivos para entretenerse.
- Cultiva una mente activa. Si un niño puede imaginar, puede ocuparse y distraerse positivamente. También podrá resolver contratiempos en diferentes situaciones sobre la marcha. Tu niño será más autosuficiente y comenzará con éxito su educación formal.
- Inspira perseverancia. Si no podemos pensar en formas alternativas de hacer las cosas, renunciamos a la primera dificultad. Una “curiosidad intensa” nos impulsa a saber el porqué, el cómo. Un niño curioso tiene que saber más y no se dará por vencido hasta obtener respuestas. Esta perseverancia también se convierte en resiliencia pues lo ayudará a no desanimarse cuando tiene que intentarlo varias veces para tener éxito.
- Contrarresta el ensimismamiento. Se vuelven conscientes de lo que sucede a su alrededor y no se ven a sí mismos como el centro del universo. Estimular la curiosidad también les da a los niños el impulso de alcanzar siempre el próximo hito.
- Establece el éxito a largo plazo. Echemos un vistazo a la historia… ¿Quiénes han sido las personas que tuvieron el mayor impacto? Los que se preguntaron ¿por qué?, ¿cómo puedo mejorar esto? o ¿cómo resuelvo este problema? Aquellos que hacen preguntas y se niegan a aceptar el statu quo se transforman, son líderes, viven vidas plenas y son personalmente más felices. La curiosidad puede marcar la diferencia.
La curiosidad básicamente hace que un niño sea capaz de resolver sus propios problemas. En otras palabras, los niños curiosos son menos egoístas, malcriados, autoritarios y materialistas.
Desarrollar la curiosidad no es un proceso que va desde cero.
Dado que los bebés son curiosos por naturaleza, ayudarlos a desarrollar esta habilidad no es algo que deba comenzar desde cero. Necesita ser fomentado, alentado e inspirado. Y la mayoría de los adultos que hacen esto terminan divirtiéndose y volviéndose más curiosos en el proceso.
¿Cómo se puede estimular la curiosidad en los niños?
- Responde sus preguntas. Contesta las preguntas de tu pequeño, y si no sabes la respuesta invítalo a que ambos la descubran. Es importante para que siga preguntando.
- Estimula su imaginación. Ayúdalo a buscar respuestas mediante razonamientos; lo estarás enseñando a analizar, contrastar opciones y tener interés por conseguir más datos. En otras palabras, tu peque estará planteando una hipótesis, pensará y buscará argumentos. Tu trabajo será proporcionarle las herramientas para que encuentre la información necesaria, además de guiarlo en cómo hacer esa búsqueda. Y, por favor, no todo es internet. Pueden hacer una investigación de campo, visitar museos, hojear libros…
- Muéstrales que estás disponible para ellos. Atiende las demandas de tu pequeño, demuestra que puede contar contigo y que te preocupas por sus inquietudes.
- Responde con otra pregunta. El responder con otra pregunta hará que tu hijo se replantee la situación y encuentre respuestas por sí mismo.
- Anímalo a crear algo. Hay muchísimas opciones para escoger: robótica, huertos caseros (como sembrar papas en casa), inventar algo para solucionar un pequeño problema en casa, desarmar y volver a armar cosas, en fin.
- Fomenta la lectura. Hay de todo y para todos gustos y edades. Dales la oportunidad de explorar diferentes géneros y autores. Así irán descubriendo cuáles son sus intereses.
- Plantea retos a su medida. Algo novedoso provocará que quiera resolverlo y lo llevará a alcanzar nuevas enseñanzas. Si un reto es muy difícil, lo frustrará. Si es muy fácil, se aburrirá y perderás su atención.
Te recomiendo: 101 ideas para dibujar, de Arely Olivia
El juego sensorial es una inspiración increíble para estimular la curiosidad de un niño. Dicha actividad lúdica es aquella que involucra el uso del olfato, gusto, tacto, oído y vista del pequeño; tiene que ver con darle libertad y alentarlo a explorar, observar y aprender de forma natural.
Hacer preguntas y estimular su proceso de pensamiento es algo que se hace fácilmente. Habla con tu peque y haz preguntas sencillas que lo animen a pensar en lo que está experimentando.
¿Cómo se siente la hierba tus pies? ¿Escuchas el sonido que hace tu gatito? Incluso los bebés que no pueden formar una oración para responder captan palabras de acción como sentir y oír. Al hacer este tipo de preguntas expandes la mente y la capacidad de razonamiento de tu hijo y fomentas su creatividad y autonomía. ¿Qué dices, curioseamos con nuestros peques?
Te puede interesar: La importancia de jugar para los niños y toda la familia