Comenzar la escuela es un gran paso tanto en la vida de los niños como en la de los papás. Esta etapa podría venir acompañado de llanto, incertidumbre y otras molestias (para los peques y para los papás también), es por eso que como el adulto valiente y responsable que llevará al infante al centro educativo por primera vez, te decimos: Prepárate para el preescolar y, por favor, no llores en la puerta.
Miedo a la nueva etapa preescolar
La principal causa de ansiedad en los pequeños cuando les dicen que ya van a ir al preescolar es que no tienen idea de lo que va a suceder, no saben qué esperar. Han pasado sus primeros años de vida aprendiendo las reglas y rutinas de su familia y ahora tienen que adaptarse a un nuevo ambiente, con reglas del salón de clase y no es nada fácil, ¿te acuerdas?
Una buena idea es explicar las nuevas rutinas de la escuela; cuéntale sobre los nuevos juegos que podrá realizar en el preescolar, que conocerá otros niños y que siempre estarás ahí para recogerlo al final del día. No le des importancia a cosas que no puedes controlar, como la posibilidad de que haga amigos en el primer día.
Pero prepárate paso a paso:
La asesora de padres Kathleen McCartney, Doctora en Ciencias de la Educación, profesora de la Escuela de Graduados en Educación de Harvard, recomienda lo siguiente:
- Asigna pequeñas tareas en casa. Las educadoras siempre piden a los pequeños que ayuden en el acomodo del salón de clases, ya sea guardar libros, encender o apagar las luces, repartir juguetes, etc. Pídele a tu peque que ayude con cosas sencillas en casa: recoger sus juguetes, llevar su ropa sucia al cesto, limpiar una mesa (aunque se tarde más de 10 minutos, jeje). De esta manera promueves su autonomía y le haces sentir que pertenece a una comunidad.
- Visiten el preescolar. Caminen por los alrededores de la escuela, vean si hay la posibilidad de entrar a conocerla juntos antes del primer día de clases para que vea los salones, los baños y el patio de recreo. Pueden hacer este recorrido de manera virtual, incluso conocer a sus posibles maestros.
- Lean todos los días, así puedes entusiasmarlo para la “hora del cuento” o la visita a la biblioteca escolar. Consigue algunos libros que hablen del primer día de clases en el preescolar (Kinder), le ayudará a saber que todo estará bien.
- Implementa juegos de simulación. Usa los juguetes de tu peque para ayudarlo a adaptarse a la idea de que uno osito de peluche se queda en la escuela, pero mamá Osa regresará por él después de haber cantado una canción y comido algo.
- Duerman (y levántense) temprano. Tu pequeño siempre debe ir a la cama a buena hora, algunos expertos en el tema recomiendan no más tarde de las 8 de la noche. Despierta a tu peque al menos una hora antes de salir para que pueda despertar bien, desayunar y tal vez jugar un poco.
- Practiquen a ponerse su propia ropa, de esta manera podrá ir al baño con más facilidad sin ayuda de las nanas o quitarse y ponerse el suéter si tiene frio o calor.
- Empiecen las mañanas con un buen desayuno pues les ayuda a mantenerse alerta y con energía para todas las nuevas actividades.
Ha llegado el momento de no llorar en la puerta del preescolar pero, ¿cómo le hago?
Creen un ritual de despedida. Tener una rutina de despedida brinda comodidad y tu hijo ya sabrá lo que sigue. El ritual podría ser cualquier cosa, como un abrazo especial o un apretón de manos seguido de algunas “palabras mágicas”. Una vez que se hayan despedido lo mejor es retirarte tranquilamente para que tu hijo no se pregunte por qué sigues ahí o vea una lágrima en tus ojos. Una larga escena de despedida puede servir para que tu hijo sienta que no está en un buen lugar.
¡No te escabullas! Algunos pequeños sentirán más miedo si desapareces de repente. Ten en cuenta que un niño puede tardar hasta diez semanas en estar completamente listo para quedarse en la escuela sin sus padres. Es mejor ir con calma y preparados.
Incluye un objeto reconfortante, un pequeño recordatorio de casa para aliviar la ansiedad por la separación. Los objetos de confort pueden parecer cosas sin importancia, pero pueden proporcionarle una verdadera sensación de seguridad a los niños en un entorno desconocido.
Sin comparaciones. No le digas a tu peque: “mira, ese nene no está llorando”. Debemos honrar los procesos de nuestros hijos para que todas las transiciones de sus vidas sean lo más fluidas posible, quizá el otro pequeño ya ha estado antes en un preescolar o no es tan apegado.
Recuérdale que regresaste. Cuando lo recojas al final del día dile que has vuelto por él, tal como le prometiste en la mañana. De esta manera la entrada a la escuela al día siguiente tendrá menos lágrimas y tristes despedidas; y si tú ves tranquilo a tu hijo, seguro el nudo en la garganta se te irá pronto también.
Y por favor… ¡¡¡Llega a tiempo!!!
Sé puntual, no sabes la angustia que les generará a ambos andar corriendo. Llega con tiempo suficiente para encontrar estacionamiento (si es tu caso), caminar con él a la puerta, saludar a las maestras y hacer sus rituales de despedida.
Recuerda no demorarte, lo más probable es que tu pequeño se aferre más a ti si te quedas y quieres consolarlo. Vete una vez que lo hayan recibido, sin hacer drama. Eso le indicará que lo dejaste en un buen lugar y en buenas manos.
Y sí, los hijos crecen. Es hora de empezar la escuela y la forma en que tú tomes esta nueva aventura será la manera en que tus hijos también lo harán. Enséñale a amar este nuevo capítulo en su vida.
Seguro que estos consejos les harán un poco menos drástica la entrada al preescolar, pero nos encantaría saber si tienes más tips. Te esperamos en nuestras redes sociales. FB IG
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