Alrededor de los seis meses de edad aparecen los primeros dientes del bebé, aunque en algunos peques, como explica la Academia Americana de Pediatría, pueden cumplir el primer año de vida sin tener ninguno todavía.
Por lo general, los primeros dientes del bebé que aparecen son los de abajo –en términos correctos, los incisivos centrales inferiores– y la mayoría de los niños suelen tener todos sus dientecitos de leche a los 3 años.
Los dientes “ni son hueso ni son de leche”, explica el odontopediatra Gustavo Chávez Peregrina, especialista en rehabilitación y estética. El experto señala que a los dientes de leche se les dice así por el color blanquecino azulado, similar al de la leche: “no tiene nada que ver con que sean compuestos de leche o con que tomes leche cuando eres niño, ni que hayas sido amamantado por la madre, nada de eso. De hecho, los primeros dientes se forman desde la etapa intrauterina”.
Añade que la composición de la mineralización y calcificación tienen similitud, pero no son lo mismo. Entonces, no son huesos.
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Cómo cuidar los primeros dientes del bebé
En la primera etapa, en la de los dientes de leche, los bebés cuentan con 20 piezas: 10 superiores y 10 inferiores. Aunque estos dientes se caigan, es muy importante cuidarlos. Además de hermosas y tiernas sonrisas, la dentición decidua o temporal, es indispensable para masticar y, como explican desde la Asociación Americana Dental, ayuda a preparar el espacio que ocuparán los dientes permanentes.
Muchos padres no tienen suficiente consciencia de la importancia de la higiene bucal en los bebés ni en los niños con dientes temporales y no tienen idea de la repercusión que la salud de los dientes de leche va a tener en relación con la salud bucodental futura.
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Los menores de tres años de edad son un grupo en condiciones de vulnerabilidad, tanto por cuestiones biológicas, al presentar inmadurez del sistema inmunológico, como por factores ambientales a que están expuestos.
Ante esto, la Secretaría de Salud advierte que la vulnerabilidad de los pequeños y la falta de una adecuada higiene en los primeros dientes del bebé puede provocar enfermedades y alteraciones en la cavidad bucal como caries y candidiasis a temprana edad. Sus recomendaciones para este grupo de edad son:
- Cepillar dos veces al día (mañana y noche) con crema dental fluorada para prevenir las caries. Para menores de tres años, la cantidad de crema dental necesaria es del tamaño de un grano de arroz. Para los de tres años o más, del tamaño de un chícharo.
- Utiliza un cepillo de cerdas suaves y cabeza pequeña. Conforme el pequeño crezca, busca uno adecuado para su edad. Debes cambiar su cepillo cuando las cerdas comiencen a doblarse hacia los lados.
- Limpiar las encías de los bebés suavemente con una toallita o gasa húmeda para retirar restos de leche o papilla y mantener la boca limpia.
- Limpiar entre sus dientes todos los días. Cuando los dientes ya se tocan entre sí puede quedar comida, por lo que es recomendable utilizar hilo dental.
- Visitas regulares al dentista. Tan pronto como salga el primer diente del bebé, el odontopediatra debe darle la bienvenida. El especialista puede determinar si tiene placa o caries, cuándo esperar la salida del próximo diente de leche y cómo cuidar bien los dientes del pequeño.
- Vigilar la dieta de los pequeños. Lo que coman y beban los niños y niñas podría dañar sus dientes de leche. Dulces, galletas y algunas bebidas pueden contener mucha azúcar o ser muy ácidas y pueden debilitar la capa exterior (esmalte) de los dientes y aumentar el riesgo de caries dental.
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Ayuda a que aprendan a cuidar los primeros dientes
Además de los cuidados que recomiendan las instituciones de salud, la odontopediatra Lorena Badial Ochoa, gerente de atención y experiencia al paciente en Dentalia, te recomienda estos tips para cuidar los primeros dientes del bebé:
- Lavarte los dientes al mismo tiempo que lo hace tu hijo: el ejemplo da el aprendizaje más significativo en todos los ámbitos.
- Eliminar el uso del biberón como medio para dormir al bebé, ya que una vez dormido te será muy difícil realizar una limpieza dental adecuada.
- Llevarlo a revisión, al menos dos veces al año, para que le realicen una limpieza profesional con aplicación de flúor. Además, esto le permitirá familiarizarse con el ambiente del consultorio, los instrumentos, los olores, los sabores y las sensaciones nuevas, ayudándolo principalmente a crear un vínculo de confianza entre él y su odontopediatra.
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